Morimos para llegar a conocer íntimamente a Cristo
Vivir de acuerdo al Espíritu, vivifica y nos da acceso a la inescrutable sabiduría del Padre, escondida en la mente de Cristo. Por eso no buscamos hablar vanas palabrerías, sino llevar y anunciar en nosotros la muerte de Cristo, de modo que la vida triunfe por medio de la muerte. Pues lo que nace del Espíritu vence al mundo, pero quien enseña de su propio conocimiento que de su ceguera hace doctrina y enseña
El tiempo de Sabiduría Sobrenatural
Reflexionamos sobre el misterio detrás de la sabiduría es la muerte. Jesús nos dijo en Juan 6:63 “Las palabras que os hablo son espíritu y vida”, por supuesto sabemos que EL era vida en sí mismo. (Juan 14:6 Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.) Para nosotros poder impartir la vida de Cristo debemos compartir su muerte. Y justamente allí es donde está el secreto de la sabiduría; pues la sabiduría comienza con el temor a Jehová. Vivir una vida en el temor a Jehová, es vivir una vida que constantemente se está presentando como un sacrificio vivo. El temor a Jehová es lo que nos hace a nosotros siervos que obedecen a su amo, el temor a Jehová es lo que nos hace a nosotros siervos de pacto.
Revelando el Conocimiento de Cristo
Conocer a Cristo implica que hemos conocido el carácter de mansedumbre que le permitió permanecer en unidad y en comunión, de manera que el fruto que Él produjera era la santidad como resultado de esa unión. Cuando uno vive en sociedades como esta, todos buscan mostrarte títulos… los logros, para que la gente los siga, para que la gente los respete; pero vemos a Jesús que hizo lo contrario. No usó el hecho de ser hijo de Dios como cosa a la que aferrarse para conectarse con nosotros; sino que se hizo participe de nuestra naturaleza de debilidad aun cuando Él no era esclavo del pecado, sino que lo decidió, fue una decisión, hacerse participe de nuestra débil naturaleza de modo que nos ha dejado sin excusa, pues aunque la vida nos ha demostrado que tan difícil es despojarse de todo para por amor, llevar las cargas de otro; como para nosotros tomar nuestras cargas, ponerlas en Jesús y adoptar Su posición de humildad y de sujeción a la palabra para caminar en obediencia.
La Humildad es la Subestructura del Cambio
La humildad es el principio del cambio, y es el iniciador de la gracia; pues Dios da gracia al humilde y justamente es lo que nosotros necesitamos para poder caminar en unidad, entendiendo entonces que es precisamente la humildad lo que nos llevará a esto.
Santidad es Comunión
Podemos entonces resumir que la santidad es el resultado, es el fruto de la unidad con el Padre, es el fruto de poner nuestra voluntad a un lado para hacernos uno con la voluntad del Padre. Ahora esta unidad no es algo que nosotros hacemos o que nosotros procuramos desde una mentalidad legalista, sino desde nuestra posición como hijos.
La Santidad y la Unidad
Hablaremos de cuando nosotros queremos de forma práctica ejercitar nuestra santidad, implica que estamos en un constante proceso de rendir nuestra voluntad; a diferencia de los conceptos legalistas de santidad, donde es la imposición de un conjunto de reglas externas que nosotros debemos hacer como obras para nosotros podernos ver santos.