Revelando el Conocimiento de Cristo

Muchas veces nosotros pensamos que revelar el conocimiento de Cristo significa demostrar todo lo que nosotros sabemos de biblia, contar todas las revelaciones que Dios nos ha dado… pero realmente revelar el conocimiento de Cristo nos lleva a que debimos haber entendido con profundidad lo que significa llevar Su yugo: llevar Su yugo implica que debemos ver las posibilidades que están detrás de la humildad; y más aún, observar el carácter de mansedumbre de Cristo. Eso significa poseer el conocimiento de Cristo.

 

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Conocer a Cristo implica que hemos conocido el carácter de mansedumbre que le permitió permanecer en unidad y en comunión, de manera que el fruto que Él produjera era la santidad como resultado de esa unión.

 

Cuando uno vive en sociedades como esta, todos buscan mostrarte títulos… los logros, para que la gente los siga, para que la gente los respete; pero vemos a Jesús que hizo lo contrario. No usó el hecho de ser hijo de Dios como cosa a la que aferrarse para conectarse con nosotros; sino que se hizo participe de nuestra naturaleza de debilidad aun cuando Él no era esclavo del pecado, sino que lo decidió, fue una decisión, hacerse participe de nuestra débil naturaleza de modo que nos ha dejado sin excusa, pues aunque la vida nos ha demostrado que tan difícil es despojarse de todo para por amor, llevar las cargas de otro; como para nosotros tomar nuestras cargas, ponerlas en Jesús y adoptar Su posición de humildad y de sujeción a la palabra para caminar en obediencia.

 

Jesús caminó en obediencia siendo sin pecado; eso lo hizo perfecto y lo hizo Santo. Él se hizo participe de nuestras debilidades aun teniendo todo el poder y la fuerza para escapar de ellas y escogió pasar por ellas de modo que se hizo familiar con nosotros.

 

Por eso hoy podemos decir que lo podemos todo en Cristo que nos fortalece. Porque cada vez que escogemos caminar en obediencia, imitamos los pasos de Cristo, pero sin tener que llevar el peso de los pecados, debilidades, fallas; pues esas cayeron sobre Él. De modo que nuestros lomos han quedado libres de pecado, de cargas, de culpa y de vergüenza haciéndonos el recorrido más ligero.

 

  • Solo necesitamos ejercitar la misma capacidad de sujetar nuestra voluntad como lo hizo Jesús. 

  • Jesús solo tenía hambre de una sola comida, y esa comida era hacer la voluntad del Padre.

  • Hay una porción diaria de gracia, cada día hay una oportunidad para tomar esa porción, así como Jesús dijo “El pan de cada día dánoslo hoy”. La habilidad de caminar en obediencia produce en nosotros un carácter humilde y manso que desata gracia y esa gracia la vamos acumulando y nos va formando nuestro hombre interior, porque transmite no sólo el poder, sino el carácter de Dios.

  • Adicionalmente hay algo en lo que pudiéramos meditar más adelante y es la relación que existe entre sacrificio y herencia, sabemos que el esclavo, dice la palabra que el hijo de la esclava no hereda, sino el hijo de la promesa. Los hijos heredan, pero los esclavos no pueden heredar… pero para heredar hay una responsabilidad que nosotros debemos tener y esa responsabilidad se traduce en permanencia. Los hijos permanecen. 

  • Permanecer significa hacernos uno con la voluntad del Padre, y es justamente esa permanencia lo que se convierte en un aspecto de sacrificio para nosotros porque tenemos que despojarnos de nuestra voluntad para hacernos uno y habitar en unidad con la voluntad del padre, ese sacrificio hace que nosotros permanezcamos y justamente al permanecer, eso nos da la característica del hijo. Una de las características del espíritu filial es que tu permaneces y si tu permaneces, heredas. La herencia es para los hijos que permanecen.

  • En la parábola del hijo pródigo, nosotros vemos dos personajes esenciales, vemos al hijo menor que no permaneció, sino que perdió la herencia y al pedir la herencia actuó de forma independiente y justamente en el proceso de decir dame mi herencia, era una forma de decir  en su espíritu a su padre tu estas muerto para mí, pero también tenemos al hijo mayor que es quien se vio lleno de celos: Lucas 15:29Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos.”  Luego el padre le dijo que todas estas cosas le pertenecen, él le estaba diciendo si tú eres el hijo mayor, eres el hijo primogénito y si eres el hijo primogénito eres el hijo heredero, pero vemos que el permanecía en la casa, pero no tenia una mentalidad de hijo, tenia una mentalidad de esclavo. 

  • Él no se veía como heredero por que el padre no había hecho ninguna fiesta ni había matado ningún cabrito, ni había hecho nada para el hijo mayor, porque como era del hijo mayor, él era el heredero todo le pertenecía a él, era el primogénito y quien iba a recibir la herencia; pero su mentalidad era de esclavitud y estaba sirviendo no como hijo, sino que estaba sirviendo como esclavo. Una mentalidad de esclavo no le permitía ver que ya el poseía todo lo que estaba reclamando que le entregaran, el estaba pidiendo que le dieran cosas que sólo por ser primogénito le correspondían 

 

Entonces ahí vemos la importancia de entender lo que significa la mentalidad de hijo; un hijo que permanece es aquel que tiene una mentalidad de hijo con un corazón de siervo; y el corazón de siervo siempre va a procurar servirle al Padre, para que al hacer la voluntad de Él sea el principal alimento.

 

El hijo que tiene una mentalidad de hijo y un corazón de siervo es aquel que honra al padre y le teme a su señor, como dice en el libro Malaquías 1:6 “El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor.”

 

Entonces vemos aspectos muy interesantes con respecto a la permanencia, porque la permanencia nos va a hacer a nosotros exponer a un lado nuestra voluntad, buscar la voluntad del Padre…eso nos va a hacer a nosotros humildes. La humildad nos hace heredar, pero no solamente eso, sino que ese carácter humilde debe llevar el yugo del Señor, que nos hace a nosotros permanecer en un estado de unidad y de comunión con Dios y justamente es por medio de esa comunión donde Dios nos da la gracia para poder hacer eso y al haber esa gracia, nos entrega el poder, pero también nos entrega su propio carácter y nosotros vamos creciendo de gracia en gracia y Cristo se va formando en nosotros.

 

En la medida en que Cristo se va formando en nosotros producto de esa unidad y producto de esa comunión, el fruto es la evidencia en santidad y en la medida en que nosotros somos santos producto de algo que comenzó en humildad, nosotros empezamos a heredar, aunque pasamos por un proceso de sufrimiento de deponer nuestra voluntad, ese sufrimiento trae consigo la formación de un carácter de hijo, y no solamente trae la formación de un carácter de hijo, sino que nos hace también participe de la herencia nos hace herederos, porque hemos permanecido y hemos demostrado fidelidad.

 

Todo esto que estoy hablando en este momento lo que demuestra es fidelidad, la permanencia demuestra fidelidad. Entonces es algo muy interesante, porque justamente cuando llegamos a esta etapa donde la santidad es un reflejo o un fruto de nuestra comunión, esa santidad refleja la imagen de Cristo, refleja la imagen del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque como dice el dicho “de tal palo tal astilla” así como el Padre es santo, nosotros somos santos.

 

Entonces, así como nosotros volvemos a ese estado de santidad, que es el resultado de la unión y que es el resultado de la comunión, ese estado de santidad nos vuelve al diseño original y solamente ese estado de santidad puede ser el resultado de todo lo descrito antes. Cuando nosotros llegamos a esa condición de santidad no solamente es que somos herederos, sino que vamos a rescatar nuestra primogenitura, porque volvemos al diseño original donde ya siendo hechos a Su imagen y semejanza, nosotros entonces podemos enseñorear y podemos dominar. 

 

La única manera de poder llegar a nuestra primogenitura es por medio de la santidad, no hay ningún otro camino. La santidad es lo que nos lleva a heredar y es lo que nos lleva a poder caminar en el diseño original que Dios estableció para con nosotros.

 

Cuando ese diseño original que es la imagen del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo reflejado en nosotros que somos creación de Él, se manifiesta, nosotros vamos a reflejar lo que es ser hijos de Dios y automáticamente empezamos a caminar en poder, en el señorío, en el mandato de dominio, en el mandato de multiplicación y de ser fructíferos; y eso hace que se manifiesten los hijos de Dios y así se da cumplimiento a la palabra que dice que la tierra gime por la manifestación de los hijos de Dios. Romanos 8:19 “Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios”.

 

¿Qué es la manifestación de los hijos de Dios? Justamente esto, cuando nosotros siendo formados en Cristo podemos reflejar la santidad como un resultado de la unión y de la comunión con el Padre, que viene de una decisión que tomamos de caminar en humildad y en mansedumbre como caminó Cristo.

 

Esto es revelar el conocimiento de Cristo, por eso es que Cristo conquistó donde iba, por eso Jesús caminaba en autoridad, la autoridad en la que caminaba Jesús no era la autoridad que venía como resultado de Él ser Dios, de Él ser Hijo y Dios, la autoridad en la que Él caminaba era la autoridad delegada y entregada por Dios a Él, la investidura que Dios le daba como resultado de vivir una vida en total y absoluta dependencia. Su dependencia en Dios, Su permanencia en Él, Su unidad con el Padre, Su caminar en humildad y mansedumbre fue lo que hizo que Dios le diera un revestimiento de santidad y poder que le permitió hacer un ejercicio poderoso de Su autoridad en formas indescriptibles 

 

Por eso es que el manifestó y expresó los niveles de poder y autoridad más grandes que nosotros podemos conocer; y es porque el reflejó los niveles de humildad y mansedumbre más grandes que nosotros podamos conocer.

 

De allí es que el señor Jesús explica la dinámica del reino y Él dice que quien quiera ser mayor en el reino de Dios, deberá ser el menor y luego dice quien quiera ser el primero, deberá ser el último y aquí me permito explicar un poco más lo que significa la gracia apostólica porque justamente cuando nosotros estudiamos las escrituras Pablo hace referencia que él era un esclavo de Cristo y también hacía referencia que él era uno de los más pequeños.  

 

Efesios 3:8 “A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, se me concedió esta gracia: anunciar a los gentiles las inescrutables riquezas de Cristo” 

 

Romanos 1:1, “Pablo, esclavo de Cristo Jesús y elegido por Dios para ser apóstol y enviado a predicar su Buena Noticia, escribo esta carta.”

 

Al usar la expresión “el más pequeños” y al usar la palabra “esclavo” básicamente nos está explicando lo que significaba su apostolado. Por eso es que él se hacía llamar apóstol, pero él primero decía esclavo - apóstol, porque precisamente de esta capacidad de permanecer como siervo, de permanecer en unidad de permanecer en comunión de despojarse de su voluntad es lo que lleva que Cristo se vaya formando y automáticamente entonces hay una investidura de autoridad, donde el Señor entonces envía. Eso es lo que significa la palabra apóstol “enviado”.

 

Cuando nosotros estudiamos el libro de hebreos, nos damos cuenta que Jesús era apóstol y sumo sacerdote. Y para Él poder cumplir con su función de apostolado y de sumo sacerdote, que nosotros tenemos ahora y eternamente, Él primero debe haber cumplido perfectamente su función de hijo, su relación como hijo debe haber sido una relación basada en la absoluta dependencia con Dios.

 

Todas las manifestaciones de poder que Jesucristo demostró fueron el resultado de Su naturaleza humana, completamente rendida a la voluntad de Dios y Él no tuvo ninguna ventaja como humano comparado con nosotros. Aunque en Su cuerpo, en Su vida y en Su ADN no había pecado, aunque en Su ADN no había corrupción, Él no tenía ningún tipo de investidura divina para vivir la vida; Él lo que poseía era una naturaleza libre de pecado para poder ser una ofrenda perfecta, pero lo que complementó el que Él fuera una ofrenda perfecta, es que se presentó voluntariamente en su decisión; así como Adán y Eva en el paraíso tenían que tomar una decisión de qué árbol iban a comer, básicamente lo que comía (acuérdate que el pecado entro por el alimento) Jesucristo era la voluntad del Padre, Su alimento expresaba la voluntad del Padre.

 

Desde el punto de vista de la comunión por medio del alimento, el alimento es algo importante porque es lo que nos sustenta, el alimento es algo con lo que nos hacemos uno, entonces el estaba manifestando “mi alimento es hacer la voluntad del Padre” es decir, hacerse uno con la voluntad del Padre y de esa unidad es de donde se desataba el poder.

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