Temor a Jehová
Si volvemos a mirar el diagrama 1, localizado al principio de este diario, y sí miramos con claridad los planes del enemigo sobre querer herir la cabeza de la iglesia; llegaremos a la conclusión que es necesario caminar en obediencia, de manera que nuestra vida demuestre temor a Jehová...
En ese gráfico, así como en notas anteriores, hemos visto que ejercitar el dominio propio es rendir nuestras vidas, impulsos y reacciones. En esto profundizaremos más adelante.
Este es el principio de la obediencia.
El propósito de la obediencia es libertad. Así como estudiamos antes, el propósito del domino propio es introducirnos a nuestra libertad en Cristo.
Cuando somos entrenados en obediencia para que escojamos qué hacer con la libertad. El ser humano es un ser de escogencia; y desde el jardín del Edén hemos sido libres para escoger qué hacer con nuestra libertad. Nuestra escogencia trae consecuencias.
Pero, libertad ¿para qué?
Nuestra escogencia determinará nuestra libertad para permanecer o caminar independientes.
Muchas veces nos enfocamos en el pecado, pero la raíz es nuestra escogencia a rendir nuestra libertad de escoger dependencia. Al final, cada vez que pecamos es porque hemos escogido caminar independientes de Cristo. Por eso Jesús nos explica que debemos depender si queremos dar frutos.
La dependencia es el resultado de ejercer nuestra libertad de escogencia.
Cuando somos niños debemos ser entrenados en los asuntos de permanecer. Debemos enseñarles a nuestros hijos, a saber que llegará un momento donde deberán decidir si son hijos de la casa o no.
Cuando hemos instruido en la verdad y enseñado a nuestros hijos a confiar en nosotros y depender en nosotros; más temprano que tarde, ellos se encontrarán rindiendo sus voluntades para seguir la de sus padres. Eso requiere dominio propio.
El dominio propio entrena en obediencia, y la obediencia busca hacer de nuestra voluntad, una ofrenda. Nuestra libertad es una ofrenda.
Por eso el apóstol Pablo se presentaba como un esclavo de Cristo.
El dominio propio enseña a nuestra voluntad a sujetarse a la voluntad del Padre. Nos lleva a un nivel constante de dependencia.
Esto es lo que nos hace hijos. La capacidad de permanecer.
Hebreos 1:8-9 El hijo le dice al Padre
«Tu trono, oh Dios, permanece por siempre y para siempre. Tú gobiernas con un cetro de justicia. Amas la justicia y odias la maldad.
Interesante encontrar la palabra “maldad”. Esta palabra también la vemos en Mateo 7:23 “Nunca los conocí, hacedores de maldad”.
Esta palabra, maldad, viene del griego “anomian”, y puede significar varias cosas, pero su significado principal es “violación de la ley”, “alguien sin ley”. (Lawleness), “alguien que es su propia ley”, “desorden”.
Evidentemente vemos que apartarnos y ser independientes, del consejo y la palabra de Dios, es maldad.
David decía que se deleitaba en la ley de jehová.
La independencia es maldad, es injusticia. Eso es lo que vemos en Adán y Eva.
Maldad no es solamente hacer cosas moralmente equivocadas, sino caminar apartados de Dios; de Su palabra que es el Mesías., el verbo se hizo carne, el verbo se hizo El camino.
Caminar independientes, es caminar nuestro propio camino, eso es maldad, eso es desorden. Usar nuestra libertad para hacer nuestra propia ley, camino, o conveniencia.
Algo que quizás pueda desarrollar más adelante, pero que quiero registrar en este momento, es que existe una relación entre Jesús caminando en obediencia y la autoridad que tenía, ya que la obediencia fue una decisión, porque recordemos que Él era 100% hombre y 100% Dios y como hombre decidió rendir SU voluntad, eso lo hizo hijo, su permanencia lo colocó como hijo.
Filipenses 2:6-11 “Aunque era Dios, [a] no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse”.
Eso lo hizo apóstol. Si no hubiese sido hijo sujeto, no hubiese sido apóstol en autoridad.
(Agregar versos bíblicos que explican la relación entre hijo y apóstol. Estos versos bíblicos hablan del principio, que el mayor será el último y el primero, esclavo.)
En el hijo de Dios no hay independencia. El verdadero “espíritu Filial” (hijo) está definido por la vida de Cristo.
Juan 5:19-20a “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.”
Si el hijo de Dios no hubiese vivido en sujeción al Padre, ninguno de nosotros hubiésemos sido salvos. Nuestra salvación dependió de la total obediencia de Cristo.
Una de las cosas que hemos venido remarcando a lo largo de este estudio, es la palabra santidad, y su relación con la palabra unidad. Y ahora quiero traer a colación su relación con la palabra sujeción.
Hace poco escuché una prédica muy interesante del Apóstol John Alley, donde hablaba sobre el espíritu de hijo o espíritu filial y decía:
“si somos independientes, no somos santos”. La santidad va de la mano de la dependencia, y explicaba de forma exhaustiva la relación de dependencia de Padre- Hijo; e Hijo-Padre.
Esta enseñanza alumbró más mi corazón, con respecto a las cosas que Dios me ha venido señalando para los próximos años.
Si realmente queremos caminar en autoridad, debemos permanecer en sujeción; si deseamos vencer principados, debemos caminar en sujeción.
Si deseamos caminar en la unción o gracia apostólica, debemos permanecer.
Dependencia habla de relación.
La Mansedumbre Y El Espíritu De Poder
Isaías 11:2 “Y el Espíritu del Señor reposará sobre él: el Espíritu de sabiduría y de entendimiento, el Espíritu de consejo y de poder, el Espíritu de conocimiento y de temor del Señor.”
LA GRACIA APOSTÓLICA
Hace unas semanas atrás Dios me ha venido inquietando con el concepto del Sumo Sacerdote, así como el concepto de la Gracia Apostólica.
Mientras leemos Hebreos 3:1 encontramos estas dos funciones en el pasaje:
“Por lo tanto, hermanos, ustedes que han sido santificados y que tienen parte en el mismo llamamiento celestial, consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos”
Es precisamente en Su vida de sumisión al Padre donde encontramos la verdadera definición de lo que significa ser un apóstol. Pero seguiré hablando de esto más adelante.
Dependencia habla de pobreza de espíritu.
Si vemos el diagrama 1 al principio de este diario, vemos que el aceite de obediencia es el resultado del fruto de la mansedumbre.
Una persona mansa, hereda; y eso es justamente lo que hace un hijo…heredar.
Si miramos las beatitudes, nos muestran las cualidades que como hijo lo hicieron caminar en la Gracia apostólica, es decir, como mensajero del Dios vivo.
Rendir nuestra voluntad para caminar en dependencia, no sólo demuestra que en nuestra elección y escogencia de vida prevalece el temor a Jehová, sino que somos pobres de espíritu, “porque de ellos es el reino de los cielos” Mateo 5:13
El reino de los cielos es parte de nuestra herencia, el espíritu filial revela nuestra herencia.
- Si somos mansos, en nosotros hay temor a Dios. Si en nosotros hay temor a dios, hayamos sabiduría, hayamos vida y heredamos la tierra. Esta es la clave para poder recibir las naciones.
Salmo 2:7-8 Yo proclamaré el decreto del Señor: «Tú eres mi hijo», me ha dicho; «hoy mismo Te he engendrado. Pídeme, y como herencia te entregaré las naciones; ¡tuyos serán los confines de la tierra!
Si somos mansos, somos pobres de espíritu, por lo tanto, heredamos el reino. (Esto lo puedo desarrollar más adelante con respecto a los niveles de reino en relación al tabernáculo)
Si somos mansos, recibimos la Gracia que es el poder de Dios. Aquí se manifiesta otra de las expresiones de los 7 Espíritus de Dios, el “Espíritu de Poder”. (Dios le da Gracia al humilde, la cual es poder)
Básicamente la mansedumbre desata la unción de siervo. (Espíritu de temor a YHWH y Espíritu de poder)
Pero sin dependencia no hay unción.
Es impresionante como algo que comenzó como una decisión nos puede llevar tan lejos. Y es que no fuimos diseñados para caminar de forma independiente. Por eso Jesús es el camino que nos lleva de regreso a una relación de dependencia y responsabilidad hacia el padre.
Jesús es el árbol de vida que debemos comer.
Cuando nosotros vemos a Jesús en el desierto ejerciendo dominio propio ante las tentaciones, sujetando su voluntad a la del Padre, actuando como hijo- siervo. Un siervo es el que se sujeta a su señor.
Una vez que salió del desierto donde conquistó al sistema operando en el mundo, por medio de Su mansedumbre y obediencia, dice la palabra, que recibió poder.
Lucas 4:1 “Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del río Jordán y fue guiado por el Espíritu en el desierto”
Un siervo de pacto es aquel por cuya obediencia y dependencia es empoderado para hacer las obras que el Padre lo ha llamado a hacer.
No hay poder sin desierto; el desierto es para establecer nuestra absoluta dependencia y un carácter humilde que se mantiene en dependencia. Eso es un espíritu recto sobre el que se manifiesta sabiduría y poder.
Salmos 51:10 “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.”
Como vimos sabiduría porque teme a YHWH y poder porque se humilla, es manso y humilde y depende de la Gracia de Dios que le fortalece.
Sabiduría y Poder, hace a una persona virtuosa. Proverbios 31 habla de una mujer virtuosa. La palabra virtud implica varias cosas: (Chayil)
Ejército, fuerza, influencia, riquezas, sabiduría, élite, inteligencia.
Chayil (virtud) es el poder manifiesto en siervos de pacto para traer cambios y transformaciones. Para traer vida, salvación y edificación.
Y esto es lo que yo deseo describir como Gracia Apostólica. Un apóstol es aquel que es enviado. El término apóstol proviene del griego Απόστολος, que significa enviado. Un apóstol es un propagador o un predicador de la doctrina bíblica, de la fe cristiana y del Poder y del Amor de Dios, es un evangelizador que tiene la misión de predicar de Jesucristo y de Su obra Redentora, Su vida, Su muerte y Su resurrección.
Dios siempre, a través de los años, ha respondido al clamor del pueblo, al clamor de una nación, al clamor de su gente. Y cuando Dios responde un clamor, siempre envía a una persona. Siempre hay una persona que trae la respuesta al clamor. Esa persona que es enviada, es un apóstol.
El cual es enviado con un propósito.
¿Cuál es ese propósito? El propósito es traer cambios y transformaciones; traer vida, salvación y edificación, bajo una unción de virtud, de chayil. Que viene siendo el resultado de un carácter de humildad que debe estar manifiesto como parte del sello y la característica de esa autoridad.
Humildad es la base para la sujeción, y por supuesto la condición para que se manifieste el poder.
Bajo esta definición veamos de nuevo Proverbios 31: 11-29
Su esposo confía plenamente en ella
y no necesita de ganancias mal habidas.
12 Ella le es fuente de bien, no de mal,
todos los días de su vida.
13 Anda en busca de lana y de lino,
y gustosa trabaja con sus manos.
14 Es como los barcos mercantes,
que traen de muy lejos su alimento.
15 Se levanta de madrugada,
da de comer[a] a su familia
y asigna tareas a sus criadas.
16 Calcula el valor de un campo y lo compra;
con sus ganancias[b] planta un viñedo.
17 Decidida se ciñe la cintura[c]
y se apresta para el trabajo.
18 Se complace en la prosperidad de sus negocios,
y no se apaga su lámpara en la noche.
19 Con una mano sostiene el huso
y con la otra tuerce el hilo.
20 Tiende la mano al pobre,
y con ella sostiene al necesitado.
21 Si nieva, no tiene que preocuparse de su familia,
pues todos están bien abrigados.
22 Las colchas las cose ella misma,
y se viste de púrpura y lino fino.
23 Su esposo es respetado en la comunidad;[d]
ocupa un puesto entre las autoridades del lugar.
24 Confecciona ropa de lino y la vende;
provee a los comerciantes.
25 Se reviste de fuerza y dignidad,
y afronta segura el porvenir.
26 Cuando habla, lo hace con sabiduría;
cuando instruye, lo hace con amor.
27 Está atenta a la marcha de su hogar,
y el pan que come no es fruto del ocio.
28 Sus hijos se levantan y la felicitan;
también su esposo la alaba:
29 «Muchas mujeres han realizado proezas,
pero tú las superas a todas».
Ahora vamos a definir un poco más al detalle, lo que significa la Gracia Apostólica.
Aquí tengo una alternativa puedo extenderme a desarrollar el concepto de Chayil, la gloria Chayil y como Dios envió primero a Moisés, etc. Peor antes de hablar de ese tema, vamos a profundizar un poco lo que significa el concepto de virtud, de Chayil. Y vamos a ver en el pasado, personas que el Señor escogió y envió como apóstoles bajo un concepto de enviados, no tenían un título de apóstoles, sino que Dios llevaban vida a quienes clamaban. En la Palabra ha habido clamores y Dios ha enviado a un hombre y ese hombre tiene la característica de haber sido un siervo. Y sobre ese siervo que ha demostrado humildad, reposa autoridad. Podemos ver la historia de Moisés, de Abraham, de Gedeón… hay varios ejemplos que tengo en la guía. A partir de aquí debo decidir si seguir hablando virtud, y luego continuar hablando sobre gracias apostólica.
Fue precisamente la actitud de siervo de Jesús lo que le dio su unción de gobierno (virtud-Chayil). De otra manera no hubiese vencido a los poderes y principados.
La mansedumbre es una de las mayores armas de guerra espiritual.
La mujer descrita en proverbios 31, que se mueve en virtud, Chayil gobierno y poder, es por lo tanto una sierva mansa, de espíritu apacible.
Esto nos está hablando de la condición apostólica de la iglesia, igualmente nos está describiendo que el camino al gobierno es por medio de la mansedumbre. Lo contrario, que es poder sin humildad, es ser dominante; lo cual es muy diferente a ejercer el mandato de Dominio que nos ha dado Dios.
Uno es por fuerza y el otro por sujeción. Uno conquista por medio de la fuerza y otro por medio de la sujeción. Por eso entendemos que el principio espiritual detrás del poder y la autoridad, es que mayor sirve al último. Y el primero se hace esclavo.
Por eso Pablo siempre lo daba todo por basura. No había nada en él que lo llevara a celebrar otro atributo en su vida personal, que no fuese Cristo formado en él. Sólo eso era digno de jactancia.
La mujer de proverbios 31, por medio de la virtud-chayil, no sólo se mueve en la liberación (poder) sino también en la edificación (sabiduría). La misma unción que vemos en Jesús al salir del desierto y leemos en Lucas 4:18 e Isaías 61:1-5
Lucas 4:18
“El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;”
Isaías 61:1-5 El año del favor del Señor
“El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos, a proclamar liberación a los cautivos y libertad a los prisioneros, 2 a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo, 3 y a confortar a los dolientes de Sión.
Me ha enviado a darles una corona en vez de cenizas, aceite de alegría en vez de luto, traje de fiesta en vez de espíritu de desaliento.
Serán llamados robles de justicia, plantío del Señor, para mostrar su gloria.
Reconstruirán las ruinas antiguas, y restaurarán los escombros de antaño, repararán las ciudades en ruinas, y los escombros de muchas generaciones. Gente extraña pastoreará los rebaños de ustedes, y sus campos y viñedos serán labrados por un pueblo extranjero.”
Una unción que libera o trae vida y restaura. Pero es imposible alcanzarla si no somos siervos de pacto.
Todo lo que hemos venido hablando sobre dependencia, como expresión del espíritu de hijo o filial, es sólo una manifestación de la UNIDAD.
Es la RELACIÓN Padre- Hijo de dependencia, es decir, UNIDAD; lo que desata la bendición. Así como el aceite que cae sobre la cabeza del sumo sacerdote, ocurre cuando habitamos en ARMONÍA.
Nos perdemos de la manifestación del espíritu de la herencia, de la gracia apostólica, cuando decidimos caminar independientemente.
La vida y la edificación.
Colosenses 3:4
“Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, [a] se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con él en gloria.”
Cristo es la vida y la iglesia se relaciona con la edificación. No podemos edificar, sin la vida, quien es Cristo.
En líneas anteriores hablábamos sobre la unción de siervo, aquella que se desata de la obediencia.
Esa es una unción de poder que vemos por medio de Jesús después de haberse humillado a sí mismo en el desierto por 40 días y 40 noches. Eso le dio la virtud-chayil, que es el poder manifestado en siervos de pactos para traer cambios y transformaciones. Traer vida, salvación y edificación.
El espíritu del Señor reposaba sobre El para liberar; que podemos traducirlo como dar o impartir vida, sacar de la oscuridad a la luz admirable, y también para edificar.
Y es precisamente como vida y edificación como da inicio las escrituras en el libro de Genésis. Si vemos Génesis 2 notaremos que después de la creación hombre, se presenta el tema de la vida, al ser colocado en el huerto frente al árbol de la vida (Gn 2:7-9)
Génesis 2:7-9
7 Y Dios el Señor formó al hombre[a] del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
8 Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén, y allí puso al hombre que había formado. 9 Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles hermosos, los cuales daban frutos buenos y apetecibles. En medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.
Luego que el árbol es mencionado, vemos el rio y materiales preciosos: oro, perla, ónice etc.
Si miramos Apocalipsis 21, estos materiales preciosos sirven para la obra de edificación de Dios.
Pero volviendo a la historia en Génesis 2 :22 se menciona:
“y de la costilla que Jehová tomó del hombre, hizo una mujer”
en la versión Jubileo que es la que más se asemeja a la del texto hebreo dice:
“Y edifico el señor Dios lo que tomo del costado del hombre, en mujer”
En hebreo dice: “edifico una mujer, y la trajo al hombre”
De la costilla de Adán, Dios EDIFICÓ una esposa. El hombre fue creado pero la mujer edificada
En Génesis 2 vemos la vida (árbol) los materiales que son el producto del fluir de esta vida y la edificación de una esposa
Génesis 2 nos habla de la vida y la edificación. De un profundo sueño (en Adán), Dios edifico a una mujer. De la muerte de Cristo (simbología de profundo sueño) Dios edifico la iglesia.
Cuando Cristo se enseñorea sobre la iglesia, la vida y la edificación tienen lugar de la unidad, de la sujeción del cuerpo a la cabeza fluye el poder, virtud-Chayil que se traduce en vida y edificación. En sabiduría para edificar y poder de Dios para salvación.
Para que la iglesia camine en este nivel de autoridad para el cual fue creada y para que camine en los propósitos de vida y edificación para la que fue enviada deberá aprender a caminar bajo sujeción.
Así como un cuerpo está sujeto a cada uno de los miembros entre si. Dependiente del cuerpo, extremidades y cabeza, pero igualmente interdependientes de cada uno de los miembros entre si.
Esto es a lo que me refiero con el manifestar de la vida apostólica.
La palabra apóstol significa enviado. Leímos que Jesús era el apóstol (enviado) de Dios y sumo sacerdote. Como enviado gozaba del poder y autoridad que emanaba de su total dependencia. Esa vida apostólica, esa vida de gobierno es el resultado de la unidad y la sujeción. (ver salmo 133 explicación más adelante sobre el sumo sacerdote)
Lo que sucede con la UNIDAD es que solo viene por obra del Espíritu Santo. Es decir que si el cuerpo es uno en sí mismo y es uno con su cabeza quiere decir que a vida se está ministrando por medio al espíritu quien es el que une. Es como el cuerpo humano: esta junto, pero es la vida, el aliento de vida que corre por la sangre, el oxígeno que respiramos que corre dentro de esa sangre lo que transporte la vida para la unidad.
Así mismo el Espíritu Santo es el aliento que importa la vida por medio de la unidad. Y cuando la unidad o dicho de otra manera, cuando nos hacemos uno con el espíritu que a su vez nos une, la vida que nos es incorruptible. Por eso Jesús dijo “que sean uno, para que el mundo crea”.
Juan 17:21 “Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.”
Es la vida de Cristo, la vida de testimonio. Pues, así como en el matrimonio, dos se tienen que hacer uno, aquí muchos nos hacemos un solo cuerpo, para que el cuerpo y la cabeza se hagan 1.
El salmo 133 (buscar verso unidad) 3 ancianos equivalen la unidad de los creyentes con la unción del espíritu santo; con la unción del sumo sacerdote y con la unción del roció del cielo que es un símbolo del Espíritu Santo viniendo a la tierra. Con unidad se desata la bendición
Sobre Jezabel y el espíritu de Anticristo
Una de las características principales de Jezabel es la rebeldía. En los tiempos de Elías vemos que ella tenía una “asignación” y era acabar con la vida de Elías. En un principio yo pensaba que se trataba de que ella estaba en contra del ministerio profético; pero no es así, en realidad ella estaba en contra de la asignación de Elías que era “volver el corazón de los hijos a los padres y viceversa”. Esta agenda o asignación se vio de nuevo en Juan el Bautista y sucesivamente en Jesús. Es una agenda que busca restaurar la paternidad. De modo que Jezabel no esta en contra de los profetas, sino en contra de aquellos profetas que partan la relación de la verdadera paternidad de Dios. Vemos que su forma de juicio era “decapitando”, lo que espiritualmente nos lleva a entender que busca eliminar las cabezas que representan fama de autoridad o gobierno. Cristo fue puesto por cabeza a la iglesia. De hecho, el poder y efectividad que goza la iglesia o cuerpo de Cristo viene de la cabeza. De modo que una iglesia o cuerpo sin cabeza es inefectiva.
Ahora bien, todo lo que ataca la cabeza, ataca directamente a Cristo. Todo lo que ataca a “Cristo como cabeza” es anticristo.
De modo que el trabajo de principado de Jezabel es establecer una cultura anticristo. Por medio de la perversión de la enseñanza del evangelio, impidiendo la revelación de la paternidad de Dios y provocando falta de sujeción de manera que no se manifieste la autoridad.
Jezabel tiene diferente modo operandi: por medio del espíritu de error que se manifiesta en falsos maestros y profetas.
Por medio de movimientos y agendas igualitarias, busca pervertir el orden de sujeción, feminismo, machismo, por medio de la adivinación, decepción o engaño y por medio de falsas religiones y cultos de fertilidad, que llevan a la idolatría. Todo esto son expresiones de la agenda jezabélica que busca quitar el señorío de Cristo.
Así que la falta de sujeción es un ataque directo a Cristo, un ataque directo a su Señorío y por ende una alianza al espíritu de anticristo.
Jezabel opera siempre todo lo que es religión y todo lo que es desorden en autoridad. Su sello involucra control, manipulación, inmoralidad, rebelión, destrucción.
Jezabel es un principado anticristo, anti gobierno o anti señorío.
Con el año 2019 inicia una década donde el don redentor del exhortador, maestro y profeta se manifiesta, así como el #9 está relacionado a una mujer. Es menester orar para que el cuerpo de Cristo resplandezca. Para que Jesús sea Señor. Es una lucha entre la iglesia y la gran ramera (babilonia)
Este espíritu de anticristo afecta la relación padre-hijo. Relación de orden y sujeción. Así como el hijo prodigo. Jezabel por medio de la falta de sujeción busca arrear huérfanos y esclavos. En otras palabras, busca que no haya hijos transformadores, busca que no haya hijos con herencia.
Lo opuesto a esto es el espíritu de temor a Jehová en el que Cristo se deleitaba. Hablar del temor a Jehová nos llevará a hablar de humildad y como dice el pastor Franco Frangipane “la humildad es la subestructura de la transformación”, pues solo la Gracia nos transforma y Dios solo da gracia al humilde.
A su misma vez la humildad y el temor a Jehová nos encaminará a vivir una vida de santidad. Esta es el arma de destrucción para las obras del enemigo, por medio de la agenda del anticristo que vemos en Jezabel.
El segundo elemento que impide el fluir de la vida y la gracia apostólica, es decir, el fluir de la autoridad y del poder-virtud, o manifestación de la gloria Chayil; son los tronos del alma. Como individuos debemos aprender a poner nuestra vida, pero cuando nosotros amamos nuestra vida, este amor se convierte en una alianza para el espíritu de anticristo.
El amor a nosotros mismos, amor al dinero, o amor al placer, por encima del propósito de Dios. Estas tres manifestaciones de amor, se convierten en tronos de nuestra alma, que van a tomar decisiones en nuestra vid y que impiden que el señorío de Cristo se manifieste en nosotros en un plano personal.
Prácticamente nosotros debemos entender, que para que la manifestación de la unidad, se dé en el cuerpo de Cristo; primero se debe dar a nivel de gobierno personal y a nivel de gobierno individual.
Por eso es que es tan importante, entender claramente el concepto de “poner nuestras vidas”; los conceptos de lo que significa claramente vivir nuestra vida bajo el conocimiento de Cristo. El conocimiento de su humanidad y padecimiento, por medio del cual Él fue perfeccionado y hecho virtuoso, por eso es tan importante entender que la mayor arma de guerra espiritual es caminar en el Espíritu y producir frutos.
Y quiero en esta oportunidad, que miremos un poco a detalle los frutos del espíritu, pero haciendo énfasis en dos de ellos: amor y dominio propio.