Dominio Propio y Amor
Una de las cosas que he estado meditando hoy, es sobre los frutos y caminar en el Espíritu. Como nuestro andar en el Espíritu requiere una entrega y obediencia.
Caminar en el Espíritu, implica una disciplina y la disciplina es dolorosa. Hablar del sufrimiento no es muy común, sin embargo, es una de las cosas que más me ha llevado el Espíritu Santo a estudiar.
No es el sufrimiento por causa de ataques de satanás, sino el sufrimiento que es el resultado de menguar, de tomar nuestra cruz, de andar en los pasos de Cristo en función de la obediencia. (quebrantamiento)
Realmente el quebrantamiento que produce la disciplina es lo que nos da un carácter aprobado.
La razón por la que es difícil hablar de esto, es porque si esto no es enseñado con un espíritu correcto y, si no es recibido con el espíritu correcto, puede provocar que toleremos cargas y asignaciones diabólicas como parte del plan de Dios para enseñarnos algo.
Sin embargo, en la carta a Timoteo, Pablo nos indica que la Palabra es útil para enseñar y corregir.
2 Timoteo 3:16 “Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud”
La disciplina debe estar arraigada en el amor, sí el amor no es la razón y la raíz de todo lo que hacemos con disciplina, entonces muy probablemente las razones serán temor al fracaso, al rechazo, el perfeccionismo y, muy prontamente la disciplina se vuelve hostigadora.
La disciplina cimentada en el amor edifica y, aunque al principio es dolorosa, el proceso va trayendo edificación.
De la misma manera sin dominio propio es imposible practicar cualquier otro don. Es imposible ser manso sin dominio propio, o paciente sin dominio propio, o bondadoso sin dominio propio.
Cuando pensamos en la primogenitura, recordemos que ésta contenía dos mandatos. El mandato de Dominio y el mandato de ser fructíferos.
Dios quiere que caminemos en dominio. Que enseñoreemos. Que el Espíritu enseñoree sobre la carne, emociones y pensamientos. De manera que es necesario caminar en el dominio propio para tales fines.
Es absurdo pensar que caminaremos en el mandato eterno, sino tenemos dominio propio.
No podemos ejercer nuestro mandato de dominio sin gobierno personal
Una de las cosas esenciales que provoca el dominio propio, es que al practicarlo también estamos desarrollando una vida de humildad o mansedumbre.
Cuando colocas como meta, depender del Espíritu Santo para caminar en dominio propio, automáticamente te has registrado en la escuela de mansedumbre.
El Espíritu Santo obrando por medio del dominio propio, nos obliga a menguar, a sujetar la carne y los impulsos a la voz del Espíritu.
Sin dominio propio es imposible resistir a las tentaciones.
Jesús soportó todas las tentaciones en el desierto, porque ejercitó el dominio propio, y empleó la palabra como espada.
La Palabra de Dios nos dice “resistid al diablo, y él huirá.” No podemos resistir a menos que ejercitemos dominio propio.
Recordemos que el dominio propio es un fruto de espíritu, por lo tanto, se produce cuando “permanecemos”.
Todo fruto es el resultado de la permanencia. Ningún fruto nace por sí mismo, a menos que permanezca en su rama.
Así como Juan 15 nos habla que somos Sus pámpanos y Él es la vid verdadera.
Juan 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
También nos dice “permanecer en mí y mis palabras permanecen en vosotros”
Juan 15:7-17 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho
Con esto de consagrar mi cuerpo y conquistar algunos aspectos de mi salud, me he encontrado en una batalla mental.
Todos los días venía ante Su presencia a pedirle perdón por la cucharada de azúcar que le puse al café, por el pan que comí y por la dona que pensé comerme. En fin, ya estaba agotada de querer ejercer dominio propio, para simplemente darme cuenta cuan endeble era yo.
Y uno de esos días el Espíritu Santo, empezó a darme sabiduría en cómo manejar mi vida y mi estilo de comer.
Primero yo estaba llena de información sobre una infinidad de dietas y alimentos que se podían y no se podían comer. Todos los lunes empezaba una dieta nueva.
Pero en ese momento el Espíritu Santo me llevó a poner todo eso a un lado y enfocarme únicamente en esto:
¿Quién está al control?
Dios me llevó a mirar que el problema principal no era el azúcar, o el carbohidrato, aunque sé que más adelante Dios me enseñaría los beneficios de mejores alimentos. Pero en el momento toda mi energía mortal y emocional debía ejercitarla en preguntarme al momento de comer ¿quién estaba en control? Pues en el momento en el cual la comida estaba en control, en ese instante dejé de tener DOMINIO PROPIO; y eso abriría la puerta a un sin número de otros excesos que a su vez conduzcan a un estilo de vida depravado o sin riendas, que es rebeldía.
No tenía que venir todos los días delante de Dios a pedirle perdón por el azúcar que me tomé en el café. Pero si debía rendirle cuentas diarias de quién había estado en control.
Este simple consejo trajo mucha libertad, pues temporalmente me libró de estar pendiente del alimento y me enfoqué en depender en el espíritu. Es muy consumidor tratar de romper con patrones de iniquidad que han gobernado tu vida y tu familia por años. A veces tanto conocimiento, aunque bueno, abruma, porque queremos hacerlo todo a la vez y terminamos tensando tanto la cuerda que la rompemos.
Pero el yugo de Cristo es liviano y empezamos a llevarlo cuando decidimos ejercitar dominio propio, Su yugo es liviano y conoce Dios nuestras fuerzas.
Yo estaba poniendo más peso en mí de lo que Dios estaba requiriendo en esta primera etapa.
Cuando Dios me dijo enfócate en saber quién está al control, en realidad me liberó de cargas auto impuestas y me llevó a mirar lo más importante en el momento, que es “ganar dominio propio”.
Para hacer esto debía aprender a incluir a la persona del Espíritu Santo en mi diario caminar.
Entendí que debía estar más consciente al momento de comer. Me di cuenta que muchas de las decisiones que tomaba sobre alimentos, eran inconscientes. Nunca me llevaba algo a la boca pensando quien estaba en control.
Al empezar a hacer esto, empecé a depender más del Espíritu Santo, para pedirle que me recordara estar vigilante (consciente) de las cosas que comía y de estar atenta de mantenerme en control.
Maravillosamente al empezar a hacer esto, muchas cosas empezaron a suceder. Primero empecé a experimentar un sentido de recompensa diario, pues no me acostaba de noche pensando en el azúcar o el pan que comí; sino en las veces que RESISTÍ.
Ese sentido de victoria me daba más fuerza para el día siguiente. Además, el día que sentía que había perdido el control, podía orar arrepintiéndome, con una claridad de donde estaba el problema y, clamando para que Su Gracia me fortaleciera. El Espíritu Santo como consolador me mostraba como seguir adelante.
Fue entonces cuando entendí que Dios me estaba enseñando a romper con ciclos de sabotaje, que produce las adiciones.
Por eso en esta etapa inicial no se trataba de leche de almendra o de vaca, de azúcar o gluten. Se trataba de estar atenta, de estar vigilante sobre quien estaba en control.
Así que este fue el plan en el que me embarqué los primeros 3 meses. No había mucho programa de dieta, aunque obviamente estaban las cosas que de por sí sabían que eran nocivos. Pero no traté de ser extremista en mi estilo de alimentación. Permitiendo cosas, no nocivas que iban seguramente a ser descartada a lo largo; pero mientras iba desarrollando el dominio propio, estaba automáticamente obteniendo la victoria.
El problema con mi tipo de personalidad es que a veces era todo o nada; y debí aprender a enfocar mi energía emocional y mental a desarrollar dominio propio, que es el fundamento de la libertad. De esto hablaré más adelante.
Aprendí en este pequeño y profundo consejo que me dio el Espíritu Santo, que mientras estaba en dominio propio, yo estaba en un estado de consciencia de alerta. Muchas de mis decisiones alimenticias eran inconscientes.
Preguntarme ¿quién está en control? Me llevó a considerar cada cosa antes de comerla y eso me mantuvo alerta.
Y fíjate que la biblia nos habla de estar vigilantes porque satanás esta como león rugiente. Pero también dice “estad sobrios” …y una persona sobria es aquella que no está intoxicada.
1 Pedro 5:8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
Muchas veces, los alimentos nos intoxican, vivir para comer nos intoxica, estar sin dominio propio nos intoxica, nos ciega. No nos da una mente clara. Por eso es tan importante caminar en dominio propio; para estar sobrios.
Romper con patrones de iniquidad, malos hábitos, fortalezas generacionales, requiere de dominio propio más que cualquier otro método (eso también va a llegar), pero la base es dominio propio.
Una persona adicta, con recurrentes patrones de malos hábitos no tiene una mente clara. Y justamente el dominio propio traerá esto.
Esto me lleva a hablarles sobre un punto que toqué en líneas anteriores.
El Dominio Propio es el fundamento de la libertad.
Que gran paradoja la que encierra esa frase, pues quien sea que haya tratado de caminar en dominio propio sabrá que no se siente “muy libre” uno. Por el contrario, el ejercicio del dominio propio nos lleva a un constante proceso de rendición que se siente como la muerte del “yo” y más que libertad, se siente agonizante.
Sin embargo, a la luz de la Palabra vemos 3 cosas esenciales para romper con la esclavitud que produce el temor.
No me ha dado Dios un espíritu de temor, sino de:
- Valor
Amor y
Dominio Propio
2 Timoteo 1:7
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Allí vemos algo interesante. Si vemos el temor como el sistema de esclavitud más grande que existe. Entonces notemos que el antídoto, o parte de este, es el dominio propio.
Muchas de las adicciones son el resultado del temor. Temor al fracaso, temor a la muerte, temor al rechazo, temor a los hombres, temor a la justicia; etc. Donde hay temor, dice la palabra de Dios, que no hemos sido perfeccionados en el amor.
Justamente allí vemos otro de los 3 ingredientes…el amor.
Cuando el valor (poder), amor y dominio propio se unen, rompen las ligaduras de muerte, torrentes de perversidad y las ataduras que los vicios (fundamentados en el temor y vergüenza) han causado. Hablaremos más delante de estas ataduras, sobre el efecto de la ilegitimidad y la vergüenza
Allí se manifiesta la libertad. Aunque experimentamos muerte al ejercer dominio propio, es para producir vida.
Por medio del temor, satanás busca robar, matar y destruir. El temor esclaviza, el amor nos perfecciona a la libertad en Cristo.
Toda forma de libertad fuera de Cristo, es libertinaje y toda forma de libertad en Cristo, se fundamenta en el poder, amor y dominio propio.
El Dominio Propio es una mente clara.
En inglés, cuando se refiere a dominio propio, algunas versiones lo traducen como “sound mind”; que significa “en sus cabales, claridad de pensamiento, mente vibrante, clara”
Los excesos nos llevan a lo opuesto. Pues lo primero que lleva a Atacar es nuestro “auto concepto”.
Recuerda que las escrituras dicen que nosotros fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios.
Dios es un Dios de orden y santidad. Por lo tanto, todo lo que nos lleve a excesos de la carne, distorsiona la imagen de orden y santidad para la cual Dios nos predestinó y nos creó, y nos santificó por medio de Cristo.
Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
La imagen que tienes de ti mismo se distorsiona cuando ves que no puedes caminar en dominio. La razón es porque estás caminando todo lo opuesto a como fuiste creado.
Como vimos antes, fuimos creados para enseñorear, “caminar en dominio”. Lo opuesto es caminar fuera de aquello para lo que hemos sido creados.
Cuando una vida de excesos toma lugar en nuestros hábitos, el auto concepto se ve afectado y empezamos a desarrollar un “auto-rechazo y vergüenza”.
Rechazamos lo que vemos de nosotros y nos sentimos avergonzados por lo que reflejamos y por ende nuestra mente deja de ser vibrante, clara y cabal; pasando a ser un semillero para toda clase de pensamientos de auto odio, ilegitimidad y vergüenza. El auto rechazo más adelante se convertirán en raíces de amargura. Y una persona amargada no puede amar a otras.
He aquí el mayor de todos los problemas, ese auto odio activa inconscientemente en nosotros, mecanismos de “auto destrucción” que nos llevan no solo a reincidir en los vicios y excesos, sino a considerar nuestras vidas sin valor.
La palabra de Dios dice: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Mateo 22:36-40
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Debe existir amor propio. El amor de Dios, (amarás a Dios) debe despertar amor por ti mismo y amor por otros.
Sin amor propio, si no te amas, no te puedes ver como Dios te ve. Y todo lo que puedes conocer de ti, tus excesos y fracasos, que se convierten en algo muy difícil para ti de amar y aceptar, pues se convierten en ilegitimidad y vergüenza dentro de ti.
Por eso volvemos al punto inicial, valor, amor y dominio propio están conectados.
Romper con los patrones de iniquidad, adicciones y malos hábitos requerirán una buena porción de amor propio que es el resultado de aprender vernos como Dios nos ve.
A veces sentimos temor de que nunca vamos a cambiar, que nuestra vida será un constante ciclo de arrepentirnos y volver a pecar.
Pero lo que se nos olvida es que mientras Dios nos enseña, por medio de Su palabra quienes somos, mientras contemplamos el amor de Dios que puede perdonar 70 veces 7, mientras nos fortalecemos en Su gracia, en realidad somos transformados por Su amor.
El amor de Dios transforma, llegarás más lejos sintiéndote amado y perdonado por Dios que lo que has logrado con tus sentimientos de culpa y auto rechazo.
La verdad, en la mayoría de las veces usamos el auto rechazo para “castigarnos”. Sabemos que estamos equivocados, que necesitamos ser libres de los vicios y al ver que reincidimos, no sabemos cómo recibir una vez más su perdón.
Sentimos que hemos agotado nuestros “cupones” de perdón y preferimos auto castigarnos por medio del auto rechazo, del auto odio.
1 Juan 4:18 dice:
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”
PORQUE EL TEMOR INVOLUCRA CASTIGO Y, EL QUE TEME NO ES HECHO PERFECTO EN EL AMOR.
Sólo si el Espíritu Santo nos da entendimiento sobre esta verdad, seríamos libres y esa libertad ganada por Cristo se manifestará en nuestras vidas mientras aprendemos a caminar en valor, amor y dominio propio.
Tantos años he tratado de hacer tantas cosas opuestas a mi actitud, he tratado de corregir las cosas de mí que no me gustan o consideran que no honra a Dios. Y lo que menos había pensado es que el problema de las adicciones no es la comida, era el temor.
Estamos bajo un sistema esclavizante de temor y debemos conquistarlo para que la prosperidad de nuestra alma se convierta en una salud próspera.
Pienso en mi hermana Jely y creo que debió vivir una vida llena de temores.
El temor se convirtió en una aspiradora que fue succionando cada suministro de la vida abundante que Dios anhelaba darle.
Debemos, con la ayuda del Espíritu Santo, conseguir la raíz del temor que nos esclaviza en una adicción o exceso.
Probablemente algunos sólo necesiten renovar la mente para cambiar malos hábitos. Pero hay otros que necesitamos des-entronar sistemas esclavizantes del temor.
Una de las fuerzas más grandes del mundo, después del amor, es el temor. Son la raíz por la que la gente hace las cosas. Por amor o por miedo.
Uno de los temores más grandes es el temor a la muerte. Y no sólo a la muerte física, sino a nuestra capacidad de menguar, de experimentar dolor por causa de la disciplina.
Buscamos 1000 y una excusa para evitar ese dolor, terminando en perder el tiempo, pues a menos que pongamos nuestra vida, no podemos ganarla. Y lo primero que vamos a ganar es una mente clara, cabal.
IDEAS:
Haz una lista de versos que hablen sobre Dominio Propio, amor e identidad.
Enfócate en “mantenerte en control” cuando comes.
Dale gracias a Dios diariamente por la veces que lograste “mantener el control” o ejercer dominio propio. Celebra tu victoria.
Enfócate en un día a la vez por los próximos 21 días. No trates de mirar más allá de 1 día a la vez. Enfócate en cuanto puedes depender del Espíritu Santo por las próximas 24 horas. Eso te enseñará a crear un sentido de dependencia.
Cuando te equivoques, recibe de Su Gracia y amor y pídele al Espíritu Santo que te ayude a cambiar. La palabra de Dios es Amor, y el amor transforma.
Es interesante estudiar sobre el temor como una raíz o fortaleza generacional.
Puntos sobre el dominio propio que puedo desarrollar más adelante:
1.- El dominio propio es entrenar en obediencia. Eso lo vimos en Madres Pioneras. Es enseñar sentido de responsabilidad. Sin esto el niño no es instruido a ser discípulo, no entenderá la sujeción. La idea es irnos entrenando para saber que estamos bajo sujeción al Espíritu Santo quien mora en nosotros.
Un niño sin dominio propio, será propenso a ser un adulto con vicios. Un niño a quien se le enseña dominio propio, desde el temor (perfeccionismo), también tendrá la tendencia a los vicios que una forma de rebelarse inconscientemente.
Yo escribí un artículo llamado “Sin dominio propio, vamos a la rebeldía”. Sería bueno incluirlo.
2.- EL dominio propio y el amor, son los principales frutos del año 2019 que es un año de frutos. El aceite de unción que produce estos frutos, es obediencia y obediencia es un aceite muy fragante como el aceite de nardo que se usa para la sepultura, es un aceite muy aromático y muy fragante.
Es el aceite con el que la mujer ungió los pies de Cristo antes de su sepultura. Es el aroma de Cristo que nosotros llevamos por todos lados. El aroma de la muerte de Cristo.
Sin esto no podemos ser fructíferos. Daremos muchos frutos, cuando el amor y el dominio propio sean nuestros principales frutos. Pues para obtener esto, debimos aprender a desarrollar una vida de dependencia que es esencial para ser fructíferos.
Una vida de rendición que nos hace ser la primicia y eso nos lleva a consagrarnos y la santidad nos hace fructíferos.
Nos lleva a experimentar la muerte de Cristo de modo que podamos experimentar Su resurrección.
Nos lleva a caminar en el Espíritu de forma habitual, lo que nos hace un sacrificio constante.
Nos lleva a “padecer” y el padecimiento, no con mentalidad monástica, sino de “no te daré nada que no me cueste”, nos lleva a compartir la muerte de Cristo para hacernos parte del poder de la resurrección.
EL dominio propio es la clave detrás del poder de la resurrección. Es nuestra capacidad de “padecer” el dolor de la disciplina para ser formados en obediencia como hijos.
Sin dominio propio, nosotros somos ilegítimos.
Nos lleva a morir para ganar la vida.
El Potencial Está En La Semilla
1.- La condición de nuestro corazón, en este momento, determinará el tiempo de
cosecha que vamos a recibir en la próxima temporada:
· Terreno endurecido - aves
· Terreno pedregoso – sin madurez, no tiene profundidad
· Terreno árido, fuego – sin raíz, se seca
· Terreno bueno – Fruto al: 100, 70 , 30 a 1
Mateo 13:23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
La clave está en la primicia
Primicia y Sacerdocio= Cosechas fructíferas
Nota: Apóstol Mario tiene enseñanza sobre preparaciones de fertilidad de corazón.
2.- Los asuntos del terreno, son un asunto del corazón y, todos los asuntos del corazón son asuntos de adoración.
3.- La ley que gobierna sobre el corazón es la ley de la siembra y la cosecha. Donde aplican los principios de la “voluntad activa”, es decir, rendición y obediencia por amor. Es la ley que activa los principios de señorío de Cristo y del Espíritu Santo y la que nos guía a dar frutos de rectitud y mansedumbre, formando nuestro carácter, y evidenciando el gobierno del Espíritu sobre nuestras vidas.
4.- Otros de los principios activos que gobierna en la ley de la siembra y la cosecha es “primicias y descanso”. Esto hace que nosotros seamos la ofrenda y el descanso es la manifestación de la fe.
5.- Donde sea que la ley de la siembra y la cosecha esté activa, la meta siempre es que Dios sea nuestro Señor (Adonaí). Dios de pacto y siervos de pacto. Esto nos hace sacerdotes. El sacerdocio trae cosecha, pues soy primicia
6.- La ley de la siembra y la cosecha está sostenida o envuelta por la Gracia y la misericordia que se activan al momento del verdadero arrepentimiento.
7.- La ley de la siembra y la cosecha sin Gracia, nos lleva a las obras y expone nuestras fallas. Por eso para recibir lo que es de Cristo debemos conocer el amor incondicional y la nueva naturaleza de la ahora que somos parte.
8.- Sin embargo, por un lado estamos preparando el terreno, ¿Para qué?
Para subir al monte del Señor, no a ningún otro monte.
Para edificar el tabernáculo y el tiempo del Señor. El tabernáculo debe ser levantado sobre un terreno santificado, consagrado.
9.- El tabernáculo es una cultura de adoración que se conecta con el principio de la primicia.
10.- Cuando la adoración está en el lugar correcto, tenemos un corazón de siervo con una investidura de rey.
11.- Un corazón de siervo con investidura de rey es limpio y, está preparado para la conquista de:
Territorios (primero las almas y luego las naciones) – suelos
Montes (lugares altos)
Herencia / Tronos
Descendencia
12.- El reinado está ligado a la descendencia y a la herencia de rectitud y legado que dejaremos a 4 generaciones.
13.- Mientras la ley de la siembra y la cosecha nos da “cosechas” y nos hace fructíferos en este tiempo y el venidero; la “Ley del tabernáculo” nos deja herencia por medio de los principios de activación del pacto.
La guerra/ Batalla siempre ha sido sobre tu adoración
- Adorarás al Señor tu Dios
- Moisés recibió de parte de Dios un diseño para construir el tabernáculo eso no es más que un bluprint of workship o un plan de adoración
- Sin adoración no hay victoria, Judá va adelante
- Adorar es plantar semillas de honra que luego establecen pactos generacionales
- Sacrificio de adoración y somos sacrificio
- Ascendemos en adoración y descendemos en guerra (ejemplo de la cruz espada)
- Alineando voluntades para ver la manifestación de Su gloria
- Invierno es un tiempo de prepararnos para la batalla.
- La adoración es una llave para derrocar sistemas
El poder de la Oración de Pacto
- Dios mi esposo
- Matrimonio / pacto
- Voto nazareno / La comunión
- 5 unciones sobre el siervo de Pacto (pies)
- Temporada de altares y pactos
- Guerra por los altares, quien gobierna, domina
Somos Herederos
1) Después de haber sacado del trono a todo usurpador, la revelación de la paternidad ha tenido que estar mas clara.
2) La herencia está asociada a la paternidad.
a) El espíritu de herencia se pierde cuando no hay padres espirituales e hijos espirituales.
b) Cuando no existe esa conexión se rompe la unidad y sin unidad no hay permanencia.
c) Cuando no hay permanencia es porque no hay un pacto establecido o no se respetan los pactos
Tres niveles de conquista
30, 70, 100 x 1
1) Mayordomo (rinde)-> Voluntad – Alma – Cosecha (afecta tiempo y economía) relaciones y responsabilidad
2) Sacerdote (escoge)-> ser siervo de pacto – Tabernáculo – Un lugar de descanso que desata herencia.
3) Los hijos son reyes (madurez espiritual) – conquistan territorios (montes) - templo- Tienen dominio
4) Las 3 unciones de David – llamado – escogido – fiel (David tomó Sión después de la 3era unción)
Somos un templo viviente
- Activación del Reino
- La sombra o reflejo de algo que está en el cielo
- Manifestación de los hijos de Dios
- Sacar del templo a los mercaderes, romper yugo desigual con orgullo, el culto al eros.
-Modelos de tabernáculo de David
En inglés, cuando se refiere a dominio propio, algunas versiones lo traducen como “sound mind”; que significa “en sus cabales, claridad de pensamiento, mente vibrante, clara”
Los excesos nos llevan a lo opuesto. Pues lo primero que lleva a Atacar es nuestro “auto concepto”.
Recuerda que las escrituras dicen que nosotros fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios.
Dios es un Dios de orden y santidad. Por lo tanto, todo lo que nos lleve a excesos de la carne, distorsiona la imagen de orden y santidad para la cual Dios nos predestinó y nos creó, y nos santificó por medio de Cristo.
Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
La imagen que tienes de ti mismo se distorsiona cuando ves que no puedes caminar en dominio. La razón es porque estás caminando todo lo opuesto a como fuiste creado.
Como vimos antes, fuimos creados para enseñorear, “caminar en dominio”. Lo opuesto es caminar fuera de aquello para lo que hemos sido creados.
Cuando una vida de excesos toma lugar en nuestros hábitos, el auto concepto se ve afectado y empezamos a desarrollar un “auto-rechazo y vergüenza”.
Rechazamos lo que vemos de nosotros y nos sentimos avergonzados por lo que reflejamos y por ende nuestra mente deja de ser vibrante, clara y cabal; pasando a ser un semillero para toda clase de pensamientos de auto odio, ilegitimidad y vergüenza. El auto rechazo más adelante se convertirán en raíces de amargura. Y una persona amargada no puede amar a otras.
He aquí el mayor de todos los problemas, ese auto odio activa inconscientemente en nosotros, mecanismos de “auto destrucción” que nos llevan no solo a reincidir en los vicios y excesos, sino a considerar nuestras vidas sin valor.
La palabra de Dios dice: “amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Mateo 22:36-40
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Este es el primero y grande mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Debe existir amor propio. El amor de Dios, (amarás a Dios) debe despertar amor por ti mismo y amor por otros.
Sin amor propio, si no te amas, no te puedes ver como Dios te ve. Y todo lo que puedes conocer de ti, tus excesos y fracasos, que se convierten en algo muy difícil para ti de amar y aceptar, pues se convierten en ilegitimidad y vergüenza dentro de ti.
Por eso volvemos al punto inicial, valor, amor y dominio propio están conectados.
Romper con los patrones de iniquidad, adicciones y malos hábitos requerirán una buena porción de amor propio que es el resultado de aprender vernos como Dios nos ve.
A veces sentimos temor de que nunca vamos a cambiar, que nuestra vida será un constante ciclo de arrepentirnos y volver a pecar.
Pero lo que se nos olvida es que mientras Dios nos enseña, por medio de Su palabra quienes somos, mientras contemplamos el amor de Dios que puede perdonar 70 veces 7, mientras nos fortalecemos en Su gracia, en realidad somos transformados por Su amor.
El amor de Dios transforma, llegarás más lejos sintiéndote amado y perdonado por Dios que lo que has logrado con tus sentimientos de culpa y auto rechazo.
La verdad, en la mayoría de las veces usamos el auto rechazo para “castigarnos”. Sabemos que estamos equivocados, que necesitamos ser libres de los vicios y al ver que reincidimos, no sabemos cómo recibir una vez más su perdón.
Sentimos que hemos agotado nuestros “cupones” de perdón y preferimos auto castigarnos por medio del auto rechazo, del auto odio.
1 Juan 4:18 dice:
“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor”
PORQUE EL TEMOR INVOLUCRA CASTIGO Y, EL QUE TEME NO ES HECHO PERFECTO EN EL AMOR.
Sólo si el Espíritu Santo nos da entendimiento sobre esta verdad, seríamos libres y esa libertad ganada por Cristo se manifestará en nuestras vidas mientras aprendemos a caminar en valor, amor y dominio propio.
Tantos años he tratado de hacer tantas cosas opuestas a mi actitud, he tratado de corregir las cosas de mí que no me gustan o consideran que no honra a Dios. Y lo que menos había pensado es que el problema de las adicciones no es la comida, era el temor.
Estamos bajo un sistema esclavizante de temor y debemos conquistarlo para que la prosperidad de nuestra alma se convierta en una salud próspera.
Pienso en mi hermana Jely y creo que debió vivir una vida llena de temores.
El temor se convirtió en una aspiradora que fue succionando cada suministro de la vida abundante que Dios anhelaba darle.
Debemos, con la ayuda del Espíritu Santo, conseguir la raíz del temor que nos esclaviza en una adicción o exceso.
Probablemente algunos sólo necesiten renovar la mente para cambiar malos hábitos. Pero hay otros que necesitamos des-entronar sistemas esclavizantes del temor.
Una de las fuerzas más grandes del mundo, después del amor, es el temor. Son la raíz por la que la gente hace las cosas. Por amor o por miedo.
Uno de los temores más grandes es el temor a la muerte. Y no sólo a la muerte física, sino a nuestra capacidad de menguar, de experimentar dolor por causa de la disciplina.
Buscamos 1000 y una excusa para evitar ese dolor, terminando en perder el tiempo, pues a menos que pongamos nuestra vida, no podemos ganarla. Y lo primero que vamos a ganar es una mente clara, cabal.
IDEAS:
Haz una lista de versos que hablen sobre Dominio Propio, amor e identidad.
Enfócate en “mantenerte en control” cuando comes.
Dale gracias a Dios diariamente por la veces que lograste “mantener el control” o ejercer dominio propio. Celebra tu victoria.
Enfócate en un día a la vez por los próximos 21 días. No trates de mirar más allá de 1 día a la vez. Enfócate en cuanto puedes depender del Espíritu Santo por las próximas 24 horas. Eso te enseñará a crear un sentido de dependencia.
Cuando te equivoques, recibe de Su Gracia y amor y pídele al Espíritu Santo que te ayude a cambiar. La palabra de Dios es Amor, y el amor transforma.
Es interesante estudiar sobre el temor como una raíz o fortaleza generacional.
Puntos sobre el dominio propio que puedo desarrollar más adelante:
1.- El dominio propio es entrenar en obediencia. Eso lo vimos en Madres Pioneras. Es enseñar sentido de responsabilidad. Sin esto el niño no es instruido a ser discípulo, no entenderá la sujeción. La idea es irnos entrenando para saber que estamos bajo sujeción al Espíritu Santo quien mora en nosotros.
Un niño sin dominio propio, será propenso a ser un adulto con vicios. Un niño a quien se le enseña dominio propio, desde el temor (perfeccionismo), también tendrá la tendencia a los vicios que una forma de rebelarse inconscientemente.
Yo escribí un artículo llamado “Sin dominio propio, vamos a la rebeldía”. Sería bueno incluirlo.
2.- EL dominio propio y el amor, son los principales frutos del año 2019 que es un año de frutos. El aceite de unción que produce estos frutos, es obediencia y obediencia es un aceite muy fragante como el aceite de nardo que se usa para la sepultura, es un aceite muy aromático y muy fragante.
Es el aceite con el que la mujer ungió los pies de Cristo antes de su sepultura. Es el aroma de Cristo que nosotros llevamos por todos lados. El aroma de la muerte de Cristo.
Sin esto no podemos ser fructíferos. Daremos muchos frutos, cuando el amor y el dominio propio sean nuestros principales frutos. Pues para obtener esto, debimos aprender a desarrollar una vida de dependencia que es esencial para ser fructíferos.
Una vida de rendición que nos hace ser la primicia y eso nos lleva a consagrarnos y la santidad nos hace fructíferos.
Nos lleva a experimentar la muerte de Cristo de modo que podamos experimentar Su resurrección.
Nos lleva a caminar en el Espíritu de forma habitual, lo que nos hace un sacrificio constante.
Nos lleva a “padecer” y el padecimiento, no con mentalidad monástica, sino de “no te daré nada que no me cueste”, nos lleva a compartir la muerte de Cristo para hacernos parte del poder de la resurrección.
EL dominio propio es la clave detrás del poder de la resurrección. Es nuestra capacidad de “padecer” el dolor de la disciplina para ser formados en obediencia como hijos.
Sin dominio propio, nosotros somos ilegítimos.
Nos lleva a morir para ganar la vida.
El Potencial Está En La Semilla
1.- La condición de nuestro corazón, en este momento, determinará el tiempo de
cosecha que vamos a recibir en la próxima temporada:
· Terreno endurecido - aves
· Terreno pedregoso – sin madurez, no tiene profundidad
· Terreno árido, fuego – sin raíz, se seca
· Terreno bueno – Fruto al: 100, 70 , 30 a 1
Mateo 13:23 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
La clave está en la primicia
Primicia y Sacerdocio= Cosechas fructíferas
Nota: Apóstol Mario tiene enseñanza sobre preparaciones de fertilidad de corazón.
2.- Los asuntos del terreno, son un asunto del corazón y, todos los asuntos del corazón son asuntos de adoración.
3.- La ley que gobierna sobre el corazón es la ley de la siembra y la cosecha. Donde aplican los principios de la “voluntad activa”, es decir, rendición y obediencia por amor. Es la ley que activa los principios de señorío de Cristo y del Espíritu Santo y la que nos guía a dar frutos de rectitud y mansedumbre, formando nuestro carácter, y evidenciando el gobierno del Espíritu sobre nuestras vidas.
4.- Otros de los principios activos que gobierna en la ley de la siembra y la cosecha es “primicias y descanso”. Esto hace que nosotros seamos la ofrenda y el descanso es la manifestación de la fe.
5.- Donde sea que la ley de la siembra y la cosecha esté activa, la meta siempre es que Dios sea nuestro Señor (Adonaí). Dios de pacto y siervos de pacto. Esto nos hace sacerdotes. El sacerdocio trae cosecha, pues soy primicia
6.- La ley de la siembra y la cosecha está sostenida o envuelta por la Gracia y la misericordia que se activan al momento del verdadero arrepentimiento.
7.- La ley de la siembra y la cosecha sin Gracia, nos lleva a las obras y expone nuestras fallas. Por eso para recibir lo que es de Cristo debemos conocer el amor incondicional y la nueva naturaleza de la ahora que somos parte.
8.- Sin embargo, por un lado estamos preparando el terreno, ¿Para qué?
Para subir al monte del Señor, no a ningún otro monte.
Para edificar el tabernáculo y el tiempo del Señor. El tabernáculo debe ser levantado sobre un terreno santificado, consagrado.
9.- El tabernáculo es una cultura de adoración que se conecta con el principio de la primicia.
10.- Cuando la adoración está en el lugar correcto, tenemos un corazón de siervo con una investidura de rey.
11.- Un corazón de siervo con investidura de rey es limpio y, está preparado para la conquista de:
Territorios (primero las almas y luego las naciones) – suelos
Montes (lugares altos)
Herencia / Tronos
Descendencia
12.- El reinado está ligado a la descendencia y a la herencia de rectitud y legado que dejaremos a 4 generaciones.
13.- Mientras la ley de la siembra y la cosecha nos da “cosechas” y nos hace fructíferos en este tiempo y el venidero; la “Ley del tabernáculo” nos deja herencia por medio de los principios de activación del pacto.
La guerra/ Batalla siempre ha sido sobre tu adoración
- Adorarás al Señor tu Dios
- Moisés recibió de parte de Dios un diseño para construir el tabernáculo eso no es más que un bluprint of workship o un plan de adoración
- Sin adoración no hay victoria, Judá va adelante
- Adorar es plantar semillas de honra que luego establecen pactos generacionales
- Sacrificio de adoración y somos sacrificio
- Ascendemos en adoración y descendemos en guerra (ejemplo de la cruz espada)
- Alineando voluntades para ver la manifestación de Su gloria
- Invierno es un tiempo de prepararnos para la batalla.
- La adoración es una llave para derrocar sistemas
El poder de la Oración de Pacto
- Dios mi esposo
- Matrimonio / pacto
- Voto nazareno / La comunión
- 5 unciones sobre el siervo de Pacto (pies)
- Temporada de altares y pactos
- Guerra por los altares, quien gobierna, domina
Somos Herederos
1) Después de haber sacado del trono a todo usurpador, la revelación de la paternidad ha tenido que estar mas clara.
2) La herencia está asociada a la paternidad.
a) El espíritu de herencia se pierde cuando no hay padres espirituales e hijos espirituales.
b) Cuando no existe esa conexión se rompe la unidad y sin unidad no hay permanencia.
c) Cuando no hay permanencia es porque no hay un pacto establecido o no se respetan los pactos
Tres niveles de conquista
30, 70, 100 x 1
1) Mayordomo (rinde)-> Voluntad – Alma – Cosecha (afecta tiempo y economía) relaciones y responsabilidad
2) Sacerdote (escoge)-> ser siervo de pacto – Tabernáculo – Un lugar de descanso que desata herencia.
3) Los hijos son reyes (madurez espiritual) – conquistan territorios (montes) - templo- Tienen dominio
4) Las 3 unciones de David – llamado – escogido – fiel (David tomó Sión después de la 3era unción)
Somos un templo viviente
- Activación del Reino
- La sombra o reflejo de algo que está en el cielo
- Manifestación de los hijos de Dios
- Sacar del templo a los mercaderes, romper yugo desigual con orgullo, el culto al eros.
-Modelos de tabernáculo de David