La Característica De Un Maestro
Fidelidad
2 Timoteo 2:22 “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.”
Idóneos para enseñar.
A fin de cumplir esta comisión, Timoteo mismo debía estar ardiente en el espíritu. Es por eso que Pablo le recordó que debía “avivar el fuego del don de Dios que estaba en él”.
2 Timoteo 1:6 “ Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos”.
Así como las corrientes de aire que avivan el fuego de la leña recién encendida. Así debemos avivar nuestro ser a Dios, para que el aliento del Espíritu sople sobre nuestras vidas y el espíritu eterno que está en nuestro ser.
“Avivemos el fuego del don, hasta que el don se convierta en llama viva. Entonces enseñaremos no de una manera intelectual, pues la letra mata.” (W.L)
Debemos conocer la estructura de la verdad, ser saturados con la verdad y convertir la doctrina en experiencia.
Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad.
1Timoteo 2:4 “ el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.”
La iglesia es la columna y el fundamento de la verdad.
1 Timoteo 3:15 “para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.”
2 de Timoteo 2:15 dice que debemos trazar la palabra de la verdad, sin ninguna distracción “Esfuérzate para poder presentarte delante de Dios y recibir su aprobación. Sé un buen obrero, alguien que no tiene de qué avergonzarse y que explica correctamente la palabra de verdad.”
Y dice también que procuremos que los que se hayan desviado de la verdad, retornen a ella.
2 Timoteo 2:25 “ y corregir con corazón humilde a los rebeldes, esperando que Dios haga que se vuelvan a él y conozcan la verdad.”
En 1era y 2da de Timoteo, la verdad no se refiere a la doctrina, sino a la realidad en cuanto a Cristo y a la Iglesia.
Antes de enseñar, nosotros primero debimos haber sido permeados y saturados por la verdad.
Especialmente este año, donde Dios ha puesto en mi corazón que desea sacar toda falsa enseñanza, falso maestro.
Este año donde veo el árbol del bien y del mal y otro árbol de la vida. Siento que Dios está de nuevo recordándonos que debemos alimentarnos de Cristo y depurarnos de cualquier otra mixtura.
Una de las cosas que debemos procurar, es conocer la verdad. Si sólo “sabemos” sobre la verdad, impartiremos mensaje intelectual, pero cuando Le conocemos podemos impartir vida.
Los discípulos conocieron a Jesús Resucitado y eso cambió sus vidas. Su experiencia con el Dios resucitado reescribió no sólo su doctrina, sino todas las enseñanzas que por 3 años habían recibido.
Porque es imposible conocerle y quedar igual; la evidencia de conocer a Cristo es la TRANSFORMACIÓN. Somos transformados a Su imagen y semejanza.
Transformación significa que cierto elemento cambia en naturaleza y en forma.
Por eso Pablo decía en 1 de Corintios 15 que él predicaba “al Cristo Resucitado” . Conocer a Cristo lo llevó a ser transformado, de manera que su conocimiento de Dios no vino por la letra, sino por la vida del Espíritu de Cristo Resucitado.
1 Corintios 15:20-21 “pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar. 21 Así como por causa de un hombre vino la muerte, también por causa de un hombre viene la resurrección de los muertos.”
Los apóstoles iniciaron su verdadero ministerio, llenos de denuedo, después que conocieron al Cristo resucitado; es como si todo el conocimiento que habían adquirido, finalmente cobró vida en su interior y fueron capaces de ver a Cristo, es decir, ver la verdad. Comprender sobre el conocimiento de Cristo le quitó los velos a la enseñanza previa y avivó el fuego en ellos.
Y es que el misterio es este, “el conocimiento debe producir transformación”, por eso conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres. Lo contrario es sordera y ceguera espiritual. Tenemos ojos, pero no vemos y oídos, pero no escuchamos.
Si hemos conocido la verdad y esta nos ha hecho libres, desde la libertad del espíritu ministramos para salvación y edificación de otros.
El conocimiento de Cristo/la verdad trae libertad; la libertad trae transformación; la transformación es el resultado de la santificación y la renovación del pensamiento por medio de la verdad, que es Su palabra.
Jesús le dijo “vosotros habéis sido lavados por la palabra” pero para tomar parte debían lavar sus pies, lavar su andar, su proceder.
No puede haber santificación sin Gracia; y la Gracia sólo es impartida a los humildes. De manera que los humildes, son quienes serán saturados con el conocimiento de Cristo.