Significado de los próximos 20 años (2020-2040) y la edificación del Templo Espiritual.
En la entrada de mi diario en el día de ayer , yo escribía sobre el interesante significado de estas dos décadas a las que estamos a punto de entrar en el 2020. Puedes ir aquí para leerlo
Había 20 columnas tanto en el lado norte como en el lado sur del tabernáculo, y 10 columnas en los lados este y oeste, dando un total de 60 columnas.
El número veinte es el número de madurez. En bíblia, un hombre alcanzaba la madurez cuando tenía veinte años (ver Ex. 30:14). Y el número diez, entre otras cosas simboliza, guardar la Ley.
Estas 60 columnas representan a aquellos testigos maduros y fieles que declararon los estatutos y juicios de Dios a través de las sesenta generaciones del período del Antiguo Testamento.
La columna siempre nos habla de fortaleza y estabilidad. Como cristianos, queremos ser columnas en la casa de Dios. Esta es una promesa para los vencedores: “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo” (Ap. 3:12).
Estas columnas eran de bronce. (Posiblemente estaban hechas de madera de acacia recubiertas de bronce.) Y es importante conectar este estudio con otra entrada en mi diario donde hablo del tipo de madera usada en el templo y en los instrumentos de adoración en el tiempo de David.
Con excepción del acero, el bronce es la aleación más fuerte y dura que se conoce, por eso resiste la corrosión por más tiempo que el acero. Este metal simboliza los juicios y leyes invariables de Dios. El bronce también es usado en la Biblia para tipificar los juicios de Dios sobre el hombre a causa de su desobediencia (ver Lv. 26:19; Dt. 28:23).
Las bases de bronce de las columnas estaban fijadas o enterradas en la arena. Esto nos recuerda la visión que el apóstol Juan tuvo de Cristo, mientras estuvo en la isla de Patmos. El vio los pies de Cristo, que eran como de bronce, representando que Su caminata es en verdad, veracidad y juicio. Así, los fundamentos del tabernáculo fueron establecidos firmemente. Las columnas estaban conectadas una con otra por medio de varas o molduras (bandas) de plata. Éxodo 27:10 dice, “Sus veinte columnas y sus veinte basas serán de bronce; los capiteles de las columnas y sus molduras, de plata”. Estas molduras unían todas las columnas y también les daban estabilidad y los alineaban.
La plata en la Biblia habla de la redención . La plata era el precio ha pagar para redimir a un esclavo (Ex. 21:32). También, se requirió que todo hombre judío (de 20 años o mayor) pagara un rescate por su alma con valor de medio siclo de plata. Toda esta plata se reunió y se usó para la edificación del tabernáculo (Ex. 30:11-16; 38:25-28). Jesús fue traicionado por treinta piezas de plata, y por lo tanto, vino a ser nuestro rescate y redención (Mt. 26:15; 27:3-10). Él murió en la cruz para redimirnos y ganarnos de vuelta para Dios. Él dijo en Mateo 20:28: “...el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. La redención de Cristo es lo que une a todos los creyentes en el cuerpo de Cristo. Los capiteles y molduras hablan de los ministerios que son apoyo (aquellos que dan soporte a sus líderes, particularmente a sus pastores). Este fue el ministerio de Aarón y de Hur. Ellos dieron soporte a Moisés y lo fortalecieron. Leemos de una ocasión en Éxodo 17:12: “Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol”.
Las molduras también son similares a las coyunturas en el sentido en que unen y conectan. En el Cuerpo de Cristo existen aquellos que funcionan como coyunturas para acortar la brecha y ser puente entre diferentes iglesias y denominaciones. Las cortinas de lino del Atrio Exterior colgaban sobre cada pilar, sujetas por ganchos de plata. Así, vemos que no se sostenían por su propio poder. Como cristianos, nosotros no somos preservados por nuestro propio poder, sino que somos “guardados por el poder de Dios” (1 P. 1:5). Este hecho me recuerda a un pastor que estaba podando la copa de sus árboles frutales. Él le dijo al Señor: “Jamás soltaré tu mano Señor”. El Señor respondió, “¡No, Yo jamás soltaré la tuya !” Los padres siempre aprietan bien la mano de sus hijos cuando van a cruzar una calle muy transitada. De la misma manera, nuestro Padre celestial cuida de nosotros, como vemos en Juan 10:28: “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”. Sus brazos eternos siempre nos sostienen (Dt. 33:27).
La valla de lino estaba asegurada con cordones (o cuerdas) y clavos (estacas de tienda de campaña). Leemos en Éxodo 35:17-18, referente a esto: “las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina de la puerta del atrio; las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio y sus cuerdas”. (ver también Ex. 39:40). Las estacas estaban hechas de bronce (Ex. 27:19), y eran similares a los clavos. Las estacas nos hablan de estar firmemente establecidos o fijados en el lugar que Dios nos ha designado . A Eliaquim se le dio esta promesa en Isaías 22:23: “Y lo hincaré como clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre”. (ref. Esd. 9:8).
El verdadero tabernáculo, llamado el Santuario, consistía de dos secciones: el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Las cinco piezas del mobiliario en el Santuario representan el hecho de que solamente por la gracia de Dios somos capacitados para entrar al Lugar Santo y al Lugar Santísimo. Este tabernáculo medía 30 codos de largo, 10 codos de alto y 10 codos de ancho. El Lugar Santo medía 20 codos de largo (20x10x10) y el Lugar Santísimo medía 10 codos de largo (4.5 m aprox). El marco consistía de 48 tablas de madera de sitim (acacia) recubiertas de oro. Estas tablas fueron colocadas sobre 96 bases de plata, la plata hablando de la redención (Ex. 26:15-30).
Sitim es otro nombre con el que se conoce al árbol de acacia. Este árbol es notorio por sus espinas. Así, este describe acertadamente la naturaleza no regenerada del hombre. Como parte de la maldición, Dios le dijo al hombre que a causa de su desobediencia, la tierra produciría espinos cuando él la labrara (Gn. 3:18). Por eso, estas tablas hablan de la naturaleza no redimida del hombre siendo pulida y enderezada bajo la mano del Padre , moldeadas para el uso del Señor. El número 48 es el número que representa el sacerdocio, pues a los levitas se les dieron 48 ciudades en la tierra de Israel (Jos. 21:41; Nm. 35:7). Solamente los sacerdotes podían entrar al Lugar Santo. Aún más, solamente el sumo sacerdote podía entrar al Lugar Santísimo sólo una vez al año. Por lo tanto, ahora vemos el ministerio de los sacerdotes espirituales en estas décadas. Nuestro deseo debe ser convertirnos en sacerdotes, y transformar a otros en reyes y sacerdotes (Ap. 5:9-10).
Los sacerdotes de Dios son maestros de justicia que guían e instruyen al pueblo en el camino de la santidad.
Queremos ser parte de este ministerio que tiene un cumplimiento especial en los últimos tiempos, pero el requisito es una vida de completa consagración al Señor y a Su voluntad para nuestra vida.
Las tablas medían 10 codos de alto y 1 codo y 1/2 de ancho (Ex. 26:16).
Debido a que diez es el número de la Ley, estas tablas también hablan del sacerdocio fiel que cumple la Ley.
Éxodo 26:17 nos dice algo más acerca de estas tablas: “Cada tablón tendrá dos espigas para ser trabadas una con otra. Así harás con todos los tablones del tabernáculo”. Dos proyecciones (espigas) aseguraban la estabilidad de las tablas. Dos es el número de testigo o testimonio. Esto indica que el testimonio de las tablas del tabernáculo era en verdad y gracia, que viene a través de Jesucristo (Jn. 1:17).
Éxodo 26:18-25 dice: “Harás para el lado sur del tabernáculo veinte tablones. Harás cuarenta bases de plata para estar debajo de los veinte tablones: dos bases debajo de un tablón para sus dos espigas, y dos bases debajo de otro tablón para sus dos espigas. Y para el otro lado del tabernáculo, el lado norte, harás otros veinte tablones, con sus cuarenta bases de plata, dos bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro tablón. Para el lado posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablones. Harás, además, dos tablones para las esquinas del tabernáculo en los dos extremos posteriores, los cuales estarán unidos por abajo y unidos por arriba con un aro. Así será con los dos tablones para las dos esquinas. De modo que habrá ocho tablones con sus bases de plata, dieciséis bases; dos bases debajo de un tablón y dos bases debajo de otro tablón”.
Había 48 tablas en total: 20 tablas al lado sur, 20 tablas al lado norte, bases para cada tabla, dando un total de cuarenta bases para las veinte tablas tanto en el lado norte como en el sur. Cuarenta es el número de prueba y examen.
Así, nosotros somos sostenidos y afirmados por la Palabra de Dios que ha sido probada y examinada. El Salmo 12:6 dice, “Las palabras de Jehová son palabras puras, como plata purificada en horno de tierra, siete veces refinada”.
Había un total de 96 bases de plata para las 48 tablas (dos bases para cada tabla). ( También había cuatro bases debajo de los cuatro columnas que sostenían el velo del Lugar Santísimo, dando un total de 100 bases en el Tabernáculo- Ex. 26:32, 38:27).
El número noventa y seis es el producto de 12 x 8. Doce , por supuesto, es el número de gobierno divino . Había doce cabezas de las doce tribus de Israel que gobernaban la nación. La Iglesia está edificada sobre el fundamento de los doce apóstoles (Ef. 2:20; Ap. 21:12-14). El número ocho representa un nuevo día o un nuevo orden (también la resurrección). Cada ocho días representan el inicio de una nueva semana. Como Pedro dijo, un día con el Señor son como mil años (2 P. 3:8). Aproximadamente, se le han dado al hombre 7000 años sobre esta tierra. Aproximadamente hubo 4000 años desde Adán hasta Cristo, más o menos 2000 años dados para la Era de la Iglesia y finalmente el reinado de 1000 años de Cristo sobre la tierra. El octavo día abre los nuevos cielos y la nueva tierra. Así, el noventa y seis (una combinación de 12 x 8) habla del gobierno que esta por venir . Recuerden, estamos siendo preparados para reinar con Cristo como sacerdotes y reyes en Su reinado milenario sobre la tierra y en el cielo (ver Mt. 19:28; Ap. 20:6).
Esto nos lleva también conectar el profundo significado de los próximos 20 años con el nuevo siglo en el calendario hebreo 5800.