Velos mentales y vestiduras de real sacerdocio

Bueno, deseo dar continuidad a algo que empecé a escribir ayer. Luego de escribir este post empecé a tener una experiencia indescriptible en oración. Era como si por una fracción de tiempo yo podía entender cosas de manera más clara, era como si eSe rompecabezas que siempre está en mi mente descifrando dónde va cada pieza, por ese preciso momento las piezas sola se iban acomodando y yo no tenía que pensar o entender, solo tenía que ver con los ojos de mi corazón lo que se armaba frente a mis ojos.

Como esto me ha pasado antes, procuré no interrumpir lo que estaba sintiendo, no intenté entender, no intenté buscar el basamento bíblico en ese momento, no intenté investigar, no hice nada de eso. Simplemente me dedique a descansar y anotar todo lo que iba viendo (llamo ver a un estado profundo de discernimiento).

Así que voy a colocar aquí las cosas, tal y como las anoté. Sobre esto estaré ayunando y orando, para más adelante, dedicarme a estudiar el basamento bíblico de lo que aquí expongo.


Abril 21, 2020 - Tiempo de revelación

Cuando los velos de la mente se caen entonces alcanzamos revelación.

La revelación es luz, es acceso a la gloria detrás del velo del Lugar Santísimo.

La luz es una vestimenta.

Adán y Eva tenían una cobertura de luz en el Edén , esta es la impresión que siento poderosamente en mi espíritu en este preciso momento.

Cuando ellos pecaron, las coberturas de luz se perdieron pues se hicieron UNO con el árbol del bien y del mal.  Pero hay más aun, esas vestiduras de Adán y Eva representaban las vestiduras de un sumo sacerdote. 

Por lo tanto podemos decir que esas vestiduras estaban conectadas con su primogenitura. Fíjate que el manto de José estaba conectado con Su primogenitura, el hijo pródigo es vestido de nuevo en el momento de la reconciliación con su padre, Jesús fue desnudado por causa de nuestro pecado de manera que nosotros pudiésemos cubrir nuestra desnudez.

Además es muy curioso que lo primero que Adán y Eva notan es que están desnudos. Y es que sus ropajes de luz, de gloria, de esplendor se había caído. Pues la gloria nunca puede estar donde está la carne, donde está el pecado.

Cuando Moisés vio la gloria de Dios en la zarza ardiendo, el terreno donde estaba pisando era santo. La gloria siempre va a descansar sobre lo santificado.

Por eso creo que hay una gloria especial que se manifiesta en el shabbat, pues fue Dios mismo quien declaró ese tiempo santo. Santo para qué? Para que Su gloria pudiese descansar sobre ese tiempo (día), de manera que el hombre después de haber sido creado iba a poder DISFRUTAR de Dios y de Su gloria en ese primer día (día 7). Lo llamo primer día, no por el orden de la creación, pues en ese sentido sería el séptimo día, pero era el primer día en el que Adán y Eva iban a vivir después de haber sido creados.

Pero es mi sentir que ellos no entraron al DISFRUTE de ese descanso, pues al perder su santidad, la gloria se perdió y no podían entrar en la santidad del séptimo día. No pudieron entrar en ese descanso.

Ellos prefirieron otro disfrute por medio del árbol del conocimiento del bien y del mal y en consecuencia, se hicieron uno con lo que comieron y cambiaron una naturaleza divina por una naturaleza débil y caída.

Es decir, esa nueva naturaleza, desnuda de la gloria, les retiró o apartó de lugares de acceso. Que incluyen: La santidad del descanso y el disfrute y en consecuencia nace la maldición del sudor de la frente. Antes de la caída el hombre no sudaba, el sudor fue resultado del cuerpo corruptible, el segundo lugar de acceso que perdieron fue el Edén, el jardín, la morada y el tercer lugar fue la presencia misma de Dios y por ende de Su gloria.

Las vestiduras corruptibles y caídas no le permitían o daban acceso a lo que Dios había diseñado y creado para ellos y para su disfrute.

Romanos 3:23  “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios

Dios por medio de Cristo desea que volvamos a entrar en esos lugares de acceso que fueron creados para nosotros desde el comienzo y por eso debemos aprender a DISFRUTAR a Cristo, a comer del árbol de la vida y hacernos UNO con Él. De manera que ese alimento nos transforme y vayamos cambiando de gloria en gloria. De un nivel de resplandor a otro nivel.

Ahora bien, lo segundo que sucedió en el Edén es que, producto de la comida del árbol equivocada, ellos quedaron sin vista. Ellos ahora tenía un discernimiento carnal, de sus sentidos más que el espiritual. La ceguera va avanzando con el paso de las generaciones y el aumento del pecado, pues en la medida en la que aumenta el pecado la mente se hace más insensible a las cosas de Dios.

Sin la luz del Espíritu Santo para guiarlos, su carne caída se convierte en la fuerza vital dominante. Antes de la caída, la prioridad y el orden eran espíritu, alma y cuerpo; el espíritu era el amo, el alma, el mayordomo y el cuerpo el sirviente. Después de la caída, el orden se invirtió ... el cuerpo se convirtió en el maestro, el alma siguió siendo el mayordomo y el espíritu se convirtió en el sirviente.

El hecho de que somos nuevas criaturas "en Cristo" (2 Cor. 5:17) inicia un conflicto interno, por preservar la palabra y extender la vida (luz) que recibimos por medio de Cristo a nuestra alma. Una lucha necesaria que nos hace darnos cuenta de que: "Nuestra identidad ya no se basa en nuestra existencia física, sino en Cristo". Esto es lo que el apóstol Pablo quiso decir cuando declaró "muero a diario ..." (1 Cor. 15:31).

Nuestro desarrollo espiritual requiere paciencia ... no hay sustituto para el tiempo. La "comprensión espiritual" o discernimiento es crucial para el crecimiento incremental de nuestro hombre interior e involucra una muerte diaria de uno mismo. Un proceso de rendición en el que el hombre exterior muere gradualmente (en el sentido de poder e influencia) mientras el hombre interior se renueva día a día (2 Cor.4: 16). Haciéndonos así "conformes a su muerte [de Jesús]" para que lo que sucedió en el interior se manifieste en el exterior. "El debe aumentar, pero yo debo disminuir". (Juan 3:30) Jesús dijo: "Si algún hombre viene después de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz todos los días y me siga". (Lucas 9:23). Levantar nuestra cruz diariamente significa reconocer cada día que pertenecemos a Dios. "¿Qué? ¿No sabéis que vuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo que está en vosotros, que tienen de Dios, y no son suyos? Porque sois comprados por un precio: glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, que son de Dios ". (1 Cor.6: 19-20).

La rendición es la moneda de la libertad y el poder espiritual; sumisión que desata "el poder que obra en nosotros". La fe no es fe hasta que se ha probado y el poder no es poder hasta que se ha ejercido.

Despojándonos de las tinieblas que hay en nosotros para retomar nuestra vestidura de luz


Para recuperar la vista, el hombre debe ahora COMER del árbol de la vida y en ese proceso debe aprender a responder a la naturaleza divina y no la carnal, para eso es necesario que la mente sea transformada por medio de la Palabra que poco a poco va rasgando esos velos de nuestros ojos para que nuestro entendimiento sea verdaderamente renovado.

¿De qué debe ser renovado nuestro entendimiento? ¿Para qué debe ser transformada la mente? ¿Para saber lo que está bien de lo que está mal? Para hacer una lista de las cosas que puedo hacer y de las que no puedo hacer? ¿Para saber que es pecado? En verdad, aunque todo eso es bueno, en realidad no es la razón principal por la que transformamos le mente y renovamos el entendimiento. Sino que al momento de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, el hombre no sólo perdió sus vestidura de gloria, su naturaleza divina, sino que entró algo en su sistema digestivo espiritual llamado engaño. La verdad (un sinónimo de Verdad es realidad) fue cambiado por engaño y deception.

Engaño se volvió parte de la naturaleza caída del hombre y ahora toca re-aprender, re-enseñarnos, y entrenar a nuestro corazón que es engañoso por naturaleza a conocer la Verdad (Cristo es la Verdad), Antes éramos hijos del padre de la mentira y engaño. Satanás tenía una paternidad sobre nuestras vidas. Y en la medida que comemos de la Palabra, la verdad que es portadora del ADN divino de Dios va removiendo velos de engaño. Esos son los velos: Engaño.

Así que podemos ver que la obra de Cristo nos da acceso y nos re-posiciona de nuevo en todas estas cosas, nos restituyó, nos devolvió lo que se había perdido. Pero sin la participación decidida del individuo de ser transformados y renovados en el espíritu de su entendimiento, el hombre no entrará en esos lugares a los que tiene acceso.

El simple hecho de hacer una oración de fe no nos da acceso a todas estas cosas, no por que Dios no quiera, es porque no podemos percibir con claridad a todo lo que tenemos acceso. Todo comienza cuando por fe recibimos a Cristo pero se perfecciona en la medida que Cristo se forma en nosotros y nos hacemos luz y una sal que sala.

Es una fe que impulsa al hombre a obrar , es decir, a adorar en espíritu y verdad. Esa es la obra a la que me refiero. No la obra que nos enseña la religión.

De modo que sin las vestiduras de luz y sin la mente de Cristo es imposible caminar en la plenitud de lo que se nos ha devuelto. La transformación de le mente nos ayudará a caminar en santidad, no desde una mente legalista sino para apropiarnos de la naturaleza divina de la que somos parte por la gracia de Dios y la obediencia hasta la lo sumo de Cristo.

Entonces vemos hasta ahora que por causa de la naturaleza caía (ropas de inmundicia) hemos perdido:

  • Los lugares de acceso, hemos perdido la vista y

  • Hemos perdido la asignación (llamado a dar frutos, multiplicarnos y el mandato a dominar). Para todo eso es necesario estar vestidos, nuestras ropas de luz que eran derivadas de un estado de dependencia a Dios, donde por medio de nuestra escogencia o libre alberdrío permitimos que el Padre imparta en nosotros de Su vida para poder vivir.

Cristo nos cubre, Su cuerpo es el velo que nos da acceso al lugar santísimo, somos partícipes de la naturaleza divina. Pero debido a eso, debemos añadirles a nuestra fe, virtud , deshacernos de toda inmundicia, entre las cuales se incluyen las obras muertas que nos ha enseñado a manufacturar la religión, que terminan siendo arapos hechos con hojas de higos.

Las vestiduras de una persona demarcan los límites y funciones que deben cumplir.

Por eso el hijo pródigo recibe una vestidura que lo re-posiciona como hijo, y el padre le dice “pónganle MI manto”. Adán y Eva vestían la imagen de Dios, cuando pecan ya no erán más semejantes a Dios pues en Dios no puede haber engaño , pero en el hombre ahora hay engaño.

Por lo tanto ya el hombre no estaba más capacitado para cumplir con el propósito y las funciones para las que Dios le llamó y por ende nos desconectamos también de la tierra en un sentido de propósito dejamos de ser los guardadores de lo creado.

Perdimos acceso a la gloria y Su descaso, perdimos la vista, nuestra asignación o primogenitura y por ende sentido de propósito. Desde el momento en el que Cristo murió y resucitó Dios está restaurando todas estas cosas. Por eso es tan importante la palabra restauración, pues todas las bendiciones nos han sido dadas, el acceso es libre, pero no logramos ver qué es exactamente lo que deseamos o necesitamos hacer y es que para ello es necesario la restauración.

El ministerio de restauración está sobre Elías.

En todas las escrituras se profetizó que Elías traería restauración.  Y es la revelación lo que  trae restauración.

Si yo no estuviera viendo esto que me está siendo revelado, entonces cómo puede ser restaurado? Cómo restauramos lo que no sabemos que está fuera de diseño o aun peor perdido.

Por eso siento que esta década el Espíritu de Elías se manifestará con poder para traer lluvias de revelación y bajarán aguas que cubrirán la tierra con la gloria de Dios. Con la luz de la revelación.

Vienen tiempos de gran revelación para que lo recto pueda medir lo torcido. Repito, es la revelación lo que  traerá restauración.

Hay un llamado urgente a volver a los caminos de la santidad para que podamos retomar nuestras coronas y ser partícipes de la naturaleza divina, del real sacerdocio de cada creyente.

Si miramos el modelo de tabernáculo terrenal, el cual fue basado en el modelo que está en el cielo. Sólo el sumo sacerdote podia acceder a la gloria. Y el sumo sacerdote tenía un atuendo o vestiduras especificas. Y conocía a Dios de forma muy diferente a lo que lo podía conocer el pueblo que estaba en las afueras del tabernáculo, o los levíatas que estaban sirviendo o los otros sacerdotes que tenían acceso al atrio exterior. El sumo sacerdote tenía una experiencia diferente y una revelación de la gloria de Dios diferente.

Pero la gloria consumiría la carne si el pecado no era justificado, por ello lo importante de la obra de Cristo. Pero no por ello debemos ignorar que la profesión y declaración de nuestra fe debe producir frutos de justicia.

Eso es el llamado al real sacerdocio, Cristo es el Gran Sumo Sacerdote pero, junto con El, nosotros tenemos acceso a esta gloria que se percibe y recibe en la medida en la que la revelación que es el espíritu de la palabra.

Esto es algo muy importante que podía entender y es que la revelación no es una interpretación personal de la Palabra, NO! es el espíritu de la Palabra. Así que tan malo convertir una opinión en revelación como hacer de la letra una doctrina. Porque la letra le saca la vida a la Palabra porque no posee revelación sino puro conocimiento.

Por eso también decimos que la Palabra es viva, eficás y cortante. Pero la letra le saca la vida a la palabra y la opinión distorciona la verdad de esa vida.

Pero aquellos que tienen acceso detrás del velo, aquellos que operan es esa gracia apostólica y profética a los que Dios le revela los misterios, son los llamados a edificar fundamentos y medir la rectitud de lo edificado por medio de la Palabra, son arquitectos de Dios y por ende entienden los misterios y las revelaciones que no sólo establecerán el fundamento “doctrinal”, sino también impartirá la vida. Pues no se puede edificar sin vida.

La vida y la edificación son la centralidad de la palabra. Así que alguien que camina en la luz de la revelación es alguien que discierne el espíritu de la Palabra más allá de la letra, del contexto, de lo escrito, es alguien que ha visto la gloria del Padre en la plenitud del Hijo, por medio del consejo de Espíritu.

Sin la revelación (el espíritu de la Palabra) soplando vida (la vida es luz Juan 1:4) a la palabra escrita (logos), no hay gloria, no hay acceso detrás del velo, no vemos al Verbo

Pero estas coberturas de luz se recuperan en la medida que se van cayendo las vendas de la cabeza, las vendas o ropajes de sepultura y dejamos que  la palabra renueve la mente.

Estar desnudos es no vestir nuestras ropas sacerdotales




Otro ejemplo que nunca antes había visto hasta ahora es el hecho de que el Sumo Sacerdote Aaron es desnudado de sus ropajes o vestiduras sacerdotales para pasárselas a su hijo y una vez desnudo muere, de acuerdo a la instrucción que Dios le había dado a Moisés.

Números 20:28 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

28 Y Moisés desnudó a Aarón de sus vestiduras, y se las vistió a Eleazar su hijo; y Aarón murió allí en la cumbre del monte, y Moisés y Eleazar descendieron del monte.

Aunque Aaron ya había cumplido el propósito señalado por Dios, lo que resulta muy interesante es ver el proceso de desnudez seguido de la muerte. Nos evoca al principio cuando Adán y Eva perdieron sus ropas o vestiduras sacerdotales y la dimensión de la muerte entró en ello.

En contraste vemos como el sacerdocio de Jesús es eterno, no siendo de la orden de Aaron sino de Melquisedec. Y aún así fue despojados de sus ropas,

„Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice:Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.Y así lo hicieron los soldados” (Jn. 19:23-24).

Se dice expresamente que la túnica era tejida de una sola pieza, sin costura. Ésta era la manera como se tejía la vestimenta del sumo sacerdote: „Harás el manto del efod todo de azul; y en medio de él por arriba habrá una abertura, la cual tendrá un borde alrededor de obra tejida, como el cuello de un coselete, para que no se rompa”(Ex. 28:31-32). La diferencia estaba, sin embargo en que el sumo sacerdote llevaba esta vestimenta como manto, mientras que Jesús la usaba como túnica (la cual se llevaba debajo del manto).

Esto tiene toda una gran y profunda explicación sin embargo, lo que deseo preservar como esencial de esta enseñanza es que después de la desnudez viene muerte. Pero no es una desnudez cualquiera, es la desnudez como resultado de ser despojados de nuestras ropas sacerdotales.

Los días se prolongan en la medida en la que nos hacemos parte del árbol de la Vida (Cristo, el Verbo) cuando caminamos de acuerdo a la esperanza para la que hemos sido llamados. Mientras progresivamente renovamos el espíritu de nuestro entendimiento vamos revistiéndonos de la gloriosa revelación de la plenitud de Dios en Cristo.

Lo contrario, una mente carnal producirá desnudez, y recordemos que en el principio la desnudez llegó como consecuencia de haber comido del árbol del conocimiento, lo que trajo denudez y ceguera que son la evidencia de una mente carnal. Revertir esto requiere primeramente de poner la en Cristo como Salvador y luego vivir diariamente una vida de fe donde Cristo es nuestra porción y alimento todo-inclusivo que le devuelve la vista a los ciegos. La salvación es un proceso.

Entender esto, es aprender a vestirnos diariamente de Cristo y por lo tanto quebrantar los efectos de la muerte (física y espiritual) por medio de la vida (Cristo) quien es el UNICO que tiene domino sobre la muerte.

La mente renovada producirá luz

Cada hombre nacido de nuevo es llamado a despojarse del viejo hombre y a vestirse del nuevo hombre en Cristo: „Despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef. 4:22-24). „Vestíos del Señor Jesucristo…” (Ro. 13:14).

Tres cosas:

  1. Despojarnos del viejo hombre (Crucificarlo) . Sólo por medio de esta muerte produciremos vida. Nos hacemos partícipes de la muerte junto con Cristo para junto con El ser vivificados. El hombre viejo esta viciado por deseos engañosos. Eso se refiere a velos de engaño. Lo que explique al principio de esta enseñanza “Al momento de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, el hombre no sólo perdió sus vestidura de gloria, su naturaleza divina, sino que entró algo en su sistema digestivo espiritual llamado engaño.”

  2. Renovados en el espíritu de la nuestra mente. Esto es todo lo que hemos venido hablando en esta enseñanza en relación a hacernos UNO con la verdad, por medio de la Palabra de Dios. Esta verdad es la que rompe los velos de engaño pertenecientes al viejo hombre y nos va sacando de la oscuridad a la luz, nos va devolviendo poco a poco la vista con el propósito de que podamos entrar en el disfrute de la vida en abundancia. Sin la renovación del entendimiento no vamos a poder disfrutar de la vida en abundancia que Cristo nos da. Si no renovamos el espíritu de nuestra mente no sólo no entramos en el disfrute, sino que no poseemos nuestra primogenitura, representadas en este caso por nuestras ropas sacerdotales y por ende no podemos caminar en dominio. El pueblo de Israel no renovó su entendimiento, no pudieron ver a Cristo en las señales y por ende perecieron en el desierto.

    Perecieron con las misma ropas que salieron de Egipto, no hubo un cambio de vestidura, porque no hubo un cambio de mente. Y aunque atribuimos a la fidelidad de Dios el hecho que las vestiduras de ellos no se desgastaban, también es digno de mencionar que cada vez que entramos en una nueva dinámica espiritual las vestiduras son limpiadas o cambiadas. Lo vimos en José en Egipto antes de entrar a ver a Faraón, en Ruth antes de ver a Booz, cuando Jacob iba a volver a Betel le dijo a su casa que se cambiaran las ropas, pues iban a un nuevo nivel de conquista de su herencia y la santificación precede la victoria.

    Génesis 35:2 (NTV) Entonces Jacob les dijo a todos los de su casa: «Desháganse de todos sus ídolos paganos, purifíquense y pónganse ropas limpias.”

    Curiosamente el libro de Deuteronomio nos dice que la ropa de la generación más joven creció sobre ellos.  Y ciertamente podemos ver la misericordia de Dios en la segunda generación cuando la ropa crecía con ellos, incluso podemos ver la misericordia de Dios para con la primera generación cuando la ropa no se les desgastaba, pero la realidad es que mientras no se consagraran no entraban en la promesa. Quiere decir que podemos crecer con las misma ropas que sacamos de Egipto, eso es un simbolismo muy fuerte. Las ropas de Egipto crecieron con ellos, no se les desgastaron, pero si ellos hubiesen renovado sus mentes, si hubiesen entendido quién era Su Dios y que ellos eran su sacerdocio , ellos hubiesen entrado a la tierra como sacerdotes y reyes , con sus vestiduras. Pero en cambio permanecieron en una dimensión de desierto vistiendo las ropas de Egipto.

    Yo no veo esto como algo más significativo que antes, podemos como cristianos permitirnos crecer con las ropas de Egipto. Si puedes, leer la enseñanza anterior donde hablo sobre el significado de Egipto y la mente carnal. Egipto siempre limita a Dios.

    Nuestro proceso de consagración sacará las tinieblas que pueden aun haber en nosotros y determinará la intensidad de la luz que portamos.

    Israel perdió sus ropas sacerdotales pues en Exodos 19:6 Dios dice que 'Ustedes serán para Mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. Pero renunciaron a todo esto debido a los incidentes que ocurrieron en el desierto, desde el momento en el que le dicen a Moisés que vaya él a hablar con Dios como representante de ellos. Y vemos como este reino de sacerdotes termina 40 años en un desierto vistiendo las mismas ropas con las que salieron de Egipto.

    “And he called him Lord, saying, “Lord, you formed the earth in the beginning and with your own hands you crafted the cosmos. They will both one day disappear, but you will remain forever! They will all fade like a worn-out garment, And they will be changed like clothes, and you will fold them up and put them away. But you are ‘I AM.’ You never change, years without end!”” ‭‭Hebrews‬ ‭1:10-12‬ ‭TPT‬‬

  3. Lo tercero que nos instruye la Palabra es “vestíos del nuevo hombre”. Esto es algo que hacemos diariamente, por eso es que no podemos pretender que con sólo una oración de fe, sin transformación de la mente y rendición de nuestra voluntad vamos a participar con entendimiento de la naturaleza divina que poseemos.

La lámpara del cuerpo

(Mt. 6.22-23)

33 Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz.

34 La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.

35 Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas.

36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor.

Nuevamente volvemos a ver la relación entre la luz como vestidura de cuerpo y esa luz entra por nuestros ojos. Si la luz que entra por nuestros ojos, refiriéndose a la Palabra que recibimos no posee luz (vida y verdad) sino sólo la letra, no podremos disipar las tinieblas que hay en nosotros. Fíjate que dice que todo el cuerpo será lleno de luz, yo puedo ver de forma individual y como cuerpo de Cristo.

¿Cómo puede la luz que hay en mi ser tinieblas? Por que la palabra no posee luz. Tinieblas no sólo tiene que ver con pecado de inmoralidad, la inmoralidad es una obra de la carne. El verdadero problema es la tiniebla que hay en nosotros, la falta de revelación.

El ministerio apostólico viene a hacer esto, a establecer la luz de la Palabra por medio de la revelación de detrás del velo que saca la oscuridad. Los fariseos eran conocedores de la ley y sin embargo su ojo no era bueno y la luz que entraba por su ojo era oscuridad. La levadura de los fariseos era un orgullo que conducía a la ignorancia, falta de revelación y provocaba una falsa luz, una vana-gloria, que yo defino como una casa sin gloria.

Lucifer, se envaneció en su hermosura, contaminó su conocimiento y el ángel de la luz pronto se convirtió en ángel de oscuridad.

En una entrada en mi diario, del mes de Agosto del 2019 yo escribí muchas cosas que Dios trazaba en mi corazón sobre el año 2020 y la década de los 20’ en relación al espíritu de entendimiento

La década de los 20’ se refiere al espíritu de entendimiento conectado con espíritu de conocimiento

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Panes sin levadura es la muerte a la carne y la mentalidad carnal que produce ámbitos de muerte y palabras de muerte. En la mente carnal operan las tinieblas y deben ser sacadas con la luz de la palabra y la luz de la revelación del espíritu de la Palabra

Lo contrario a los panes de la levadura es la levadura de los fariseos, que es una letra que mata porque es una luz que no alumbra pues es una enseñanza que viene de una mente no transformada y donde los ojos del entendimiento no han sido abiertos.

 Espíritu Santo es el administrador de los Misterios de Dios. La Biblia contiene las buenas noticias del Cielo para la Tierra. Pero esas buenas noticias liberan el poder que contienen, cuando el Espíritu de revelación las revela a nuestro espíritu. De lo contrario, tendremos acceso solo a la letra de la Palabra, pero no al espíritu de ella. Dios quiere revelarse. Anhela ser conocido. Pero necesito a Dios...para conocer a Dios.

A menos que el Espíritu Santo no intervenga Solo tendremos opiniones acerca de El, pero no un conocimiento certero que nos transforme. El conocimiento revelado nos abre la cortina que separa el mundo natural del ámbito sobrenatural. Es la llave que abre la Puerta de la dimension del conocimiento y la sabiduría divina.

Una doctrina provee información y estructura. Pero no tiene el poder para provocar la manifestación de la dimensión detrás del velo donde Dios revela Sus misterios.

Sobre este espíritu de revelación tendré que escribirte en otra entrada, pues en muy extenso pero debo resumir que el objetivo de este espíritu de revelación (espíritu de Elias) que se intensificará en los últimos tiempos es con el propósito de restaurar la casa de Dios (la puerta del cielo). Para que eso ocurra Dios levantará verdadero Padres (apóstoles) con una luz en su palabra que traerá orden. Ellos portarán la luz del día 1 (Cristo) que traía orden en el caos (desorden y vacío)

Estos enviados (mensajeros de Luz), hombres y mujeres con acceso detrás del velo, a quienes la luz de Cristo los ha iluminado, marcarán el inicio de una nueva era en la iglesia. El cese de un sacerdocio y el inicio de otro bajo la orden y diseño de Melquisedec, pero no todos lo podrán percibir, sólo un remanente.

Por eso en este tiempo muchos estarán recibiendo visitaciones angelicales, muchos recibirán revelaciones y visiones; y cuando eso suceda sabrán que han recibido una nueva vestidura que les ha dado acceso a lugares donde antes no podían acceder en el reino de los cielos.

Y ellos ayudarán a creer al cuerpo de Cristo en sabiduría, Espíritu de Conocimiento y entendimiento para prepararlos para los últimos tiempos. Pues al igual que Jesús la iglesia debe crecer y madurar “Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” Lucas 2:52

El cuerpo de Cristo que opere en esta gracia apostólica entenderá que NO PODREMOS RESTAURAR LOS AMBIENTES DE INTIMIDAD SIN EL ESPIRITU DE CONOCIMIENTO (CONOCER INTIMAMENTE)

ASI QUE, CON ENTENDIMIENTO EDIFICAMOS LA CASA Y CON CONOCIMIENTO EXPRESAMOS LA VIDA COMO RESULTADO DE LA INTIMIDAD . Eso es una casa de luz, donde el cuerpo, creciendo y transformado va cambiando sus ropas como un hijo corporativo que va de gloria en gloria, donde la mente transformada de manera individual producirá un cuerpo radiante y resplandeciente, una iglesia gloriosa que ha sido no sólo transformada sino transfigurada.

Cristo viene es por esa iglesia, por la gloriosa, por la resplandeciente, por la transfigurada. Cristo viene por la iglesia que se quito las ropas de Egipto y está sin arrugas. La mayor señal del regreso de nuestro Rey será el resplandor de Su novia, VESTIDA y lista para las bodas.

Jesús no vendrá por una iglesia inmadura y no preparada, El vendrá por la iglesia transfigurada. Y esa será la señal de su regreso.

Esta década de los 20’ marcará el inicio de una limpieza y orden que comenzará por la casa. Hay un urgente llamado a la santificación para que podamos ejercer nuestro llamado como sacerdotes reales y ejercitar nuestro mandato de dominio.


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